Fraga considera necesario organizar el centro-derecha en España
Manuel Fraga, presidente de Alianza Popular (AP), aseguró anoche que es necesario organizar el centro-derecha en la democracia española, durante una conferencia pronunciada en el CIub Siglo XXI, y en la que fue presentado por Antonio Hernández Gil. Asistió al acto el portavoz de UCD en el Congreso, Antonio Jiménez Blanco Fraga se mostró muy cauto a la hora de responder a preguntas relacionadas con su reciente entrevista con Suárez.El conferenciante anunció que se proponía sostener dos cosas: la primera, que no es posible dar marcha atrás, «hay que continuar, con decisión y prudencia, el desarrollo político». La segunda es considerar que el problema principal es el de las fuerzas políticas. «Sin partidos políticos nacionales, estables, representativos y verdaderamente responsables, el experimento democrático puede volver a fracasar como otras veces en nuestra historia constitucional. »
«Siendo siempre mejor arreglar las cosas por las buenas que las malas, si se puede, hoy la máxima prioridad debe corresponder a la remodelación de las fuerzas políticas», dijo el conferenciante,
Para Fraga, «el sistema de dos grandes partidos, o de dos grandes coaliciones, es el más natural, y el que mejor permite funcionar al sistema democrático. Sólo funciona éste con normalidad y rendimiento», prosiguió, «cuando actúan fuerzas políticas en número razonable; cuando son realmente representativas de los problemas profundos de una sociedad, cuando es claro el predominio de los partidos que actúan de buena fe dentro del sistema, y no en sus márgenes, o claramente fuera de él para destruirlo; cuando se produce un juego abierto y flexible con las demás fuerzas sociales».
Añadió que la España de 1980 presenta una situación preocupante en este terreno y «un conjunto de factores hacen que todos esos índices den resultados negativos». Criticó el exceso de fuerzas políticas no integradas en el sistema y el exceso de partidos políticos.
«Salta a la vista», continuó, «que la derecha española ha sido reacia a asimilar la idea de partido, como, en general, la de modernización política, así como, en cambio, entendió perfectamente la idea de modernización técnica y administrativa. Sin aceptar de una vez la democracia como irreversible, y al partido como su instrumento natural, se tienen derrotas innecesarias, o bien se tiene la tentación de rechazar un sistema, en el cual no se sabe operar».
«Un partido es una doctrina, un espacio y una organización. La doctrina está ahí; es la doctrina conservadora- reformista, equidistante entre las actitudes integristas y reaccionarias, de un lado, y las revolucionarias y progresistas, de otro. El espacio está igualmente claro, y más en una sociedad de clases medias, como ya es mayoritariamente la española. El gran tema es la organización, en un mundo en el que muchos hablan y pocos actúan; en el que no se puede hacer un cajón de sastre, que una a viejas y nuevas derechas, las que son democráticas y las que no lo son, las operativas y las retóricas, las homogables y las otras. »
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