El líder ultraderechista
español Blas Piñar, en una conferencia pronunciada en Oporto, afirmó que 1980 será el año de «la guerra civil universal», en la que la península Ibérica «será cobijada por las grandes potencias». Defendió la concepción del hombre peninsular como base de una civilización cristiana histórica, que pueda oponerse a la «concepción materialista del Estado, que no respeta al hombre».
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