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El asalto a la mezquita de La Meca fue un intento de desestabilización de Arabia Saudí

Un alto funcionario saudí declaró en la capital norteamericana,que la toma de la Gran Mezquita de La Meca, el mes pasado, fue llevada a cabo por unos quinientos guerrilleros equipados con armamento pesado y cuyo objetivo era desestabilizar Arabia Saudí.El funcionario dio detalles sobre la sublevación, que empezó el 20 de noviembre y duró dos semanas, que desmentían la presentación hecha por las autoridades de los asaltantes como un grupo de fanáticos cuyos objetivos eran meramente religiosos. Algunos fanáticos formaban parte del grupo, reconoció el funcionario, pero habían sido reclutados por, los dirigentes guerrilleros.

«Creo que estuvo patrocinado por organizaciones internacionales, probablemente también por Rusia, para socavar la estabilidad de Arabia Saudí», añadió el funcionario, que estuvo estrechamente vinculado a la actuación del Gobierno durante el incidente. «No me extrañaría que hubiesen sido entrenados en Adén (capital de Yemen del Sur). Tenían una excelente preparación guerrillera.»

Descartó toda implicación en el incidente de otros países árabes radicales como Siria o Irak y de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).

Un alto funcionario norteamericano señaló que, aunque los saudíes acusen regularmente a los rusos, los detalles dados por la personalidad saudí, incluida con la vinculación del ataque contra la mezquita con Yemen del Sur, coinciden con los informes de los servicios secretos de Estados Unidos.

El funcionario saudí reconoció que el número de heridos fue sustancialmente más elevado que el indicado oficialmente, alcanzando la cifra de unos trescientos guerrilleros, veinte rehenes y entre sesenta y 65 soldados. Los 160 terroristas que fueron capturados, entre los que figuran sesenta mujeres, van a ser juzgados y con toda seguridad decapitados en el espacio de una semana. Sólo se salvarán unos veinte niños.

Basándose en los testimonios de los capturados, el funcionario afirmó que el ataque había sido planeado con por lo menos seis meses de anticipación. Los dos últimos meses estuvieron dedicados a la introducción de armas, incluidos fusiles automáticos soviéticos AK 47, y de comida en la mezquita, así como a la penetración de los guerrilleros en el país, organizados en células de veinte a veinticinco personas.

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En Riad, el príncipe heredero saudí, Fahd, insistió ayer en que no hubo intervención extranjera en el asalto a la mezquita. Sin embargo, el diario libanés An Nahar asegura que el príncipe Fahd ha reconocido en conversaciones privadas que la URSS estaba detras de los guerrilleros.

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