Los países árabes de la OPEP intentan coordinar su política de precios antes de la reunión de Caracas

La certeza de un nuevo incremento en los precios del petróleo durante la próxima conferencia ordinaria de ministros de Petróleo y Energía de la OPEP, que se celebrará a partir del 17 de diciembre en Caracas, fue puesta de manifiesto ayer por los ministros árabes de Petróleo, que se encuentran reunidos desde el martes, en Kuwait, para discutir la cooperación técnica en el mundo árabe. Aunque dicha reunión, que sigue a otra del comité de estrategia de la OPEP en Arabia Saudí, no tiene nada que ver con el tema de precios, las declaraciones obtenidas de los ministros asistentes reafirman la creencia de que el crudo OPEP aumentará de precio a primeros de enero en una banda que va desde el 10% hasta el 30%.

«Un incremento en los precios del crudo está fuera de toda duda», manifestó el ministro Ezzedin Al-Mabrouk, de Libia, uno de los países más radicales en el tema de precios y el primero de un grupo de seis miembros de la OPEP que no respeta, desde hace varias semanas, la banda de 18-23,50 dólares establecida para mínimos-máximos durante la última reunión ordinaria de la OPEP en Ginebra, en el pasado junio.

Los ministros árabes de Petróleo, junto a los de Venezuela e Indonesia, han celebrado en los últimos días varias consultas en torno a las decisiones a adoptar en Caracas. Como es habitual en los días previos a una reunión ordinaria, las posiciones de los diversos grupos que componen la OPEP (radicales, equilibristas y moderados) se acentúan para hacer valer sus argumentos en el encuentro.

Así, Venezuela parece estar insistiendo en la necesidad de una vuelta a la estructura uniforme de precios, que se rompió precisamente en Ginebra el pasado junio, mientras que Arabia Saudí es partidaria de un ligero incremento del precio del crudo. Los saudíes son ahora prácticamente los únicos que venden su petróleo a dieciocho dólares, el precio mínimo de la OPEP.

En la misma posición que los saudíes se encuentran los Emiratos Unidos Arabes y Kuwait, que favorecen sólo un incremento muy moderado del precio. Indonesia, por su lado, defiende un aumento «gradual, pero sistemático», del precio, mientras que Nigeria y Venezuela silencian oficialmente su posición, aunque insisten en la necesidad de regular el mercado.

El ministro venezolano de Petróleo, Humberto Calderón Berti, es quizá el portavoz más cualificado de la necesidad de una regulación de las fuerzas del mercado. A su vuelta a Caracas del encuentro celebrado en Arabia Saudí, el ministro venezolano insistió en que la distorsión del mercado parte de las ventas spot, en las que el precio del barril llega a alcanzar los 45 dólares. (En la última semana, sin embargo, el precio del crudo spot se sitúa en torno a los 39 dólares.)

La postura más radical de cara al encuentro de, Caracas parte del Gobierno islámico de Irán, que, tras su enfrentamiento político-económico con Estados Unidos, ha adoptado una posición extrema de recurrir con todo su crudo disponible a los mercados spot, de entrega inmediata. En este sentido, y pese a los esfuerzos de algunos países europeos para hacerse con los 700.000 barriles diarios que compraba Estados Unidos, el Gobierno de Teherán canaliza estos excedentes hacia Rotterdam, vía las compañías intermediarias.

Del lado de Irán están Irak y Libia, cuya producción, limitada dentro del contexto de la OPEP, alcanza ya unos precios que superan hasta tres y cinco dólares el precio máximo de 23,50 dólares de la organización.

Aparte del precio, la cuestión de la sustitución del dólar como sistema de pago del petróleo aparece todavía demasiado verde, en declaraciones de algunos ministros, como para ser aprobada en Caracas. No obstante, se predicen fuertes discusiones al respecto.