"La Constitución es un factor permanente de distorsión", según Federico Silva

«La Constitución que se aprobó y acatamos, aunque no compartamos en muchos aspectos, seguirá siendo un factor permanente de distorsión de la vida nacional y de la vida de la derecha en particular, si no se lleva a cabo una reforma constitucional, afirma Federico Silva Muñoz, promotor del partido Derecha Democrática Española, en unas declaraciones a la agencia Europa Press. Dicho grupo celebrará su primer congreso nacional los días 8 y 9 de este mes.

«La derecha», prosigue Silva, «no podía aceptar una Constitución que admitía la existencia de nacioalidades y negaba la nacionalidad española, una Constitución que regulaba unas autonomías que sabíamos a dónde iban a parar, como de hecho están llevándonos al despeñadero.» Algunos hombres de la derecha aceptaron esa Constitución, y de ahí surgió uno de los motivos de división en dicho sector social.Silva afirma que su partido no quiere ser el tercero en discordia, junto a Unión Nacional y Coalición Democrática. «Queremos un entendimiento entre las fuerzas políticas de la derecha. Nacemos para servir de catalizadores a la unión de la derecha, a su entendimiento, en términos más concretos.»

«Pero bien entendido que si en un momento determinado llegamos a la conclusión todos de que este entendimiento, por la obcecación de unos y de otros, es imposible, nosotros reivindicaríamos nuestro propio espacio político, conforme a nuestra denominación: derecha no vergonzante, sino declarada; democrática y, en ningún caso nostálgica, ni aferrada a fórmulas que carezcan del carácter democrático que hemos postulado, postulamos y postularemos; y, por último, española, en el sentido de que reivindicaremos siempre el carácter nacional de España. »

Federico Silva cree que «la derecha en España, como en el resto de los países industrializados, viene siendo el 50% del censo. Lo que sucede es que la derecha sociológica es una fuerza política difícilmente movilizable, salvo en casos extremos».

Según el promotor de Derecha Democrática, la teoría del voto útil, del voto del miedo, movilizada por los medios de comunicación social dependientes del Estado, así como por los medios de carácter político de que disponía el Gobierno, hizo que una gran parte de la derecha votara a UCD en las anteriores elecciones generales. «El resultado de este voto no ha sido útil para nada, sino para que se gobierne en izquierdas, para que se gobierne por medio del consenso; como dictan los socialistas, pero con los votos de la derecha.»