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Informe moderadamente optimista de la situación española por parte de la Trilateral

Los tres ponentes españoles de la Comisión Trilateral, que ayer hablaron en la primera jornada de la reunión que dicha organización privada celebra, por vez primera, en Madrid, presentaron una opinión moderadamente optimista sobre la situación político-económico-social de España, pero auguraron peores tiempos en el año ochenta, al menos en los aspectos económico-sociales.

El abogado Antonio Garrigues Walker, el banquero Jaime Carvajal y el empresario José Antonio Segurado presentaron tres ponencias en la primera jornada de la reunión de la Trilateral en España y hablaron, respectivamente, de los aspectos políticos, económicos y sociales de la situación española.Garrigues habló, en su turno, de los aspectos positivos para la democracia española del último congreso del PSOE, que terminó con la victoria sobre la rama radical de los socialistas de Felipe González, así como del impacto favorable en el proceso de consolidación democrática de la aprobación de los Estatutos vasco y catalán.

En lo que respecta a temas de la actualidad, informa Efe, dentro de la política española mencionó el hecho de que, en su opinión, se ha abierto un período de consolidación de la democracia, que consiste en establecer un nuevo sistema jurídico y administrativo con la aprobación de unas cien leyes.

Aludió también el abogado Garrigues ala mejora de la situación económica y del clima laboral como factores de consolidación de la democracia, a la necesidad de corregir una cierta apatía y un cierto desencanto democráticos y a la imposibilidad de que se produzca una involución o un golpe militar de algún género.

Jaime Carvajal, presidente del Banco Urquijo, hizo un estudio de las principales características de la situación española que, según él, pueden resumirse en tres puntos principales: la crisis española tiene rasgos comunes con las de otras naciones industrializadas, la posición externa de nuestra economía, ahora sana, se va a deteriorar el próximo año, y para salir de la crisis, España debe hacer un gran esfuerzo de liberalización y racionalización de su economía.

Respecto al primer punto, el banquero Carvajal señaló que la economía española se encuentra hoy dominada por tres grandes problemas: energía, inflación y estancamiento. Respecto a la primera, con unas necesidades de importación del 70% de nuestra energía, el costo es elevadísimo, aunque el plan energético nacional pretende reducir esta dependencia de un 70% a sólo un 54%.

La inflación, por su parte, aún una vez y media mayor que los países de la OCDE, se ve amenazada por la subida de los precios petrolíferos. El estancamiento se hará aún más acusado en 1980, con un crecimiento previsto de sólo un 1% y consecuente aumento del paro.

Déficit de 2.000 millones de dólares

Como consecuencia de todo ello, la posición externa de la economía española mostrará un déficit del orden de los 2.000 millones de dólares, que deberán ser compensados por el aumento del flujo de inversiones directas y, en su caso, por un aumento del endeudamiento.Tercero entre los oradores españoles fue José Antonio Segurado, encargado de las relaciones exteriores de la CEOE, que habló de la situación social y sus perspectivas.

Tras ir presentando una serie de datos sobre la economía española y las horas perdidas en los últimos años por las huelgas y los conflictos laborales, el patrono Segurado manifestó su convencimiento de que no falta fundamento para mantener una posición esperanzadora, pero que para ello sería necesario una moderación salarial, aumento de la productividad y descenso del absentismo, freno en los costes y la seguridad social y moderación en el diálogo social.

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