Sarrió espera levantar la suspensión de pagos antes de tres meses
El consejo de administración de Sarrió, Compañía Papelera de Leiza, SA, estudiará, el próximo día 27, un proyecto de convenio que será negociado con la junta de acreedores, con el objeto de levantar, en un plazo no superior a tres meses, la suspensión de pagos presentada por la sociedad el 26 de septiembre de 1978, en Pamplona.
Durante la junta general de accionistas celebrada ayer en Leiza, el presidente de la sociedad, Lorenzo Marco Sarrió, indicó que se podía contemplar el futuro con moderado optimismo, «porque nuestra sociedad cuenta con múltiples valores fundamentales, que habrán de permitirnos enderezar la trayectoria de Sarrió». No se descarta que entre a participar en la sociedad un accionista extranjero, que aportará capital y mercados y contribuirá a la superación de la crisis. No se descarta tampoco la venta de la planta de papel tisú de Allo.Según el informe presentado a los accionistas, Sarrió facturó durante el ejercicio del pasado año 11.716 millones de pesetas, de los que 2.815 correspondieron a exportaciones realizadas fundamentalmente a países del Mercado Común. El cash flow negativo durante el ejercicio ascendió a 1.886 millones de pesetas, si bien para este año, según informó Lorenzo Marco, se espera cerrar con un cash flow «a la par o mínimamente negativo».
Reducción de plantilla
De acuerdo con el informe leído por el presidente de la sociedad a los accionistas, a partir de la presentación del expediente de suspensión de pagos del año pasado, la evolución de Sarrió ha sido la prevista. Se han recuperado las actividades industriales y comerciales, por lo que en la actualidad la marcha de la empresa se puede considerar como prácticamente normalizada. Para hacer frente a la nueva etapa, después de la suspensión de pagos, Sarrió ha reducido su plantilla, tanto en la sociedad matriz como en sus filiales, «en varios cientos de personas». En este punto, el señor Marco afirmó que el equipo humano de la empresa merecía la estabilidad y seguridad laboral, «tras las comprensibles turbaciones y desalientos de los últimos meses del pasado año, y que ha sabido entender que, en ocasiones, esa seguridad y estabilidad laboral debe pasar, inexorablemente, por reducciones de plantilla».Por lo que respecta a las acciones de futuro, Sarrió está llevando a cabo una remodelación de la actual proporción de los recursos propios sobre los ajenos, de tal forma que se permita dotar a la sociedad de los suficientes medios financieros para hacer frente a la gestión con mayor eficiencia. En este sentido, Lorenzo Marco precisó que la sociedad ha tomado, entre otras, las siguientes medidas: saneamiento drástico en los gastos de estructura; concentración de centros de trabajo; cierre: y disolución de las filiales no productivas; reducción de actividades en los sectores con fuerte caída del mercado, como el caso de los papeles pintados; mejora de métodos y procesos industriales y saneamiento de la cartera de clientes de la sociedad.
Durante la junta general, los accionistas aprobaron la gestión del consejo de administración, así como el balance de 1978 y la cuenta de pérdidas y ganancias. Igualmente, la junta confirmó en sus puestos de accionistas censores de cuentas a los señores Echevarría y Francipo, y aprobó el balance a 30 de septiembre de 1979, tras las regularizaciones practicadas en virtud de la última normativa vigente, si bien este tema está condicionado a que el Parlamento Foral de Navarra ratifique las normas sobre la materia, aprobadas por la Diputación el pasado 4 de octubre. El balance a 30 de septiembre del preserite año incluye nuevos reajustes contables de signo negativo, que serán completados en lo que resta de ejercicio, afectando principalmente al circulante y a los activos financieros.
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