Se extiende la crisis del Partido Comunista de Asturias

La acusación de fraccionalismo formulada por una delegación de la comisión central de garantías y control del PCE contra los ocho dirigentes de Avilés, que presentaron la dimisión de sus cargos en desacuerdo con el secretario regional del Partido Comunista asturiano, Gerardo Iglesias y otros miembros del comité regional, ha desencadenado una campaña de solidaridad con los dimisionarios. Nuevas dimisiones han seguido a aquéllas, y en el curso de las mismas ha surgido la acusación de que el PCE ha perdido 2.000 militantes en un año en dicha región.Horas después de conocerse el contenido del informe remitido por los delegados de la comisión central de garantías y control a las agrupaciones asturianas, en las que serán juzgados los supuestos fraccionalistas, presentaron su dimisión otros dirigentes avilesinos. Al día siguiente, dos miembros de la candidatura municipal de Belmonte, del PCA, hacían público un escrito en el que acusaban a la dirección de llevar a los militantes al pasotismo; de ser incapaz de definir una política municipal coherente y de entrar en una fase con predominio de la demagogia y una tendencia hacia la socialdemocratización.

Ayer mismo, tres miembros del comité local de Grado presentaron la dimisión irrevocable de sus cargos por la «condena» de los ocho dirigentes avilesinos, que les parece «una burla indignante al derecho y a la justicia: una actitud típica de antiguos camaradas deformados aún por el estalinismo, que no han podido superar». Desde las agrupaciones en las que saltó la contestación, las críticas se dirigen a la inoperancia del comité regional, a su escasa incidencia en los frentes de lucha y a un descenso preocupante en la afiliación del partido y de Comisiones Obreras.

Todas las denuncias formuladas coinciden en pedir la inmediata revisión de los expedientes disciplinarios abiertos con motivo de la

II Conferencia Regional de Perlora.