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Clausurada la Tercera Conferencia Regional de la OIT

Dos hechos marcaron el término de la Tercera Conferencia Regional Europea de la Organización Internacional del Trabajo (OIT): un incidente verbal entre el representante de los empleados mexicanos y el ministro de Trabajo de Checoslovaquia y el discurso pronunciado por el embajador de España ante la OIT, Manuel Jiménez de Parga, «realista y agresivo», en su calidad de vicepresidente de la conferencia, que fue explícitamente bien acogido en la última sesión plenaria de ésta.El incidente se produjo porque el representante de los empleadores mexicanos criticó los recientes «juicios» de Praga. El ministro de Trabajo checoslovaco pidió la palabra para, en una «moción de orden», señalar que las palabras del empleador mexicano estaban «fuera del contexto» de orden del día. La réplica tuvo alguna violencia cuando el mexicano afirmó que se seguiría denunciando en la OIT este tipo de hechos (la naturaleza de los juicios de Praga), que calificó de «inadmisibles para la humanidad».

En cuanto al discurso del embajador español, éste puso el acento (haciéndose eco de lo que durante la conferencia ha sido un tema de preocupación de un gran número de delegados gubernamentales), en los difíciles años que se avecinan para Europa, «agravado por el hecho de que Europa», expresó, «ha sido hasta ahora un continente privilegiado.

Jiménez de Parga sostuvo que «si el futuro. ha de ser peor económicamente y no está en nuestras manos remediarlo, hagámoslo mejor socialmente».

Refiriéndose al desarrollo de la conferencia, Jiménez de Parga habló «de la satisfacción de nuestra labor, pero enjuiciando con realismo. Es mucho el camino que aún queda por recorrer hasta la democracia en profundidad», dijo.

El embajador de España hizo un llamamiento «a la transformación de nuestra convivencia, con más dosis de justicia, con más dosis de solidaridad», como tarea fundamental de la OIT.

Al respecto expresó su «convicción profunda de que el objetivo de justicia y solidaridad se alcanzaría si la constitución de la OIT, sus convenios y sus recomendaciones se aplicasen realmente». Sobre este tema concluyó que «la distancia que media entre nuestros deseos y lo que en nuestro entorno ocurre es la distancia entre el mundo descrito en las normas fundamentales de la OIT y el mundo en que vivimos».

Entre los aspectos relevantes de la tercera conferencia europea, Jiménez de Parga señaló, además de la resolución en contra de la discriminación de los trabajadores emigrantes, aprobada por unanimidad, en el que tanto los trabajadores españoles como el Gobierno jugaron un papel fundamental, el del reconocimiento de la contribución de las pequeñas y medianas empresas en la creación de empleos y en el progreso social.

«No suele destacarse en debida forma», afirmó, «que las relaciones laborales en el seno de la pequeña y mediana empresa ofrecen unas ca,acterísticas peculiares, radicalmente distintas de las que se dan en la gran sociedad mercantil y, por, supuesto, en las transnacionales.»

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