Stielike y Angel fabricaron un gran Madrid
Guruceta aligeró el domingo el histórico rumor que apunta a su gusto por el color blanco. Aunque el Madrid facilitó las cosas con su abrumadora superioridad sobre el Betis y su vestimenta azul, el guipuzcoano realizó un arbitraje perfecto, impecable, que a punto estuvo de costarle otro apunte histórico: salir a hombros de un campo de fútbol. Guruceta se negó a tal requerimiento. El marcador final resultó ficticio, engañoso. Stielike y Angel -magistral el germano y soberbio el mejor fichaje madridista este año-, tabricaron un gran Madrid que mereció la goleada, y que sólo se vio apurado en el último cuarto de hora al bajar prudentemente la guardia -mañana juega en Oporto- Con. empate a cero, García Remón detuvo un penalti a Oliveira.Carriega, entrenador bético, parece consciente de las limitaciones actuales de un Betis que va a prodigar este año entre su muy fría -sorpresa- afición, aquello del «manque pierda». Situó en punta a Villalba y Hugo Cabezas, inutilizados siempre por Camacho y Navajas -Boskov piensa en voz alta en el relevo de Benito,suplente en esta ocasión-, mientras que el portugués Oliveira, como media punta, vigilado por San José, dejó constancia de que, de seguir así, va a resultar como la casi totalidad de elementos extranjeros que llegan alfútbol español al conjuro de su fama, y a precio de oro. Su comodidad en el campo, con el dato negativo del fallo en la jugada crucial del penalti, resultó alarmante. Carriega hizo bien en dejarle en la caseta durante el descanso. Quízá el pésimo estado del campo cortó su capacidad técnica.A quien no le importó lo más mínimo que el campo fuese una charca fue a Stielike. El alemán completó un partido al que es difícil aplicar un calificativo justo. Daba igual que arrancara desde atrás, desde la zona media, o desde cualquier posición en el campo. Se iba como una flecha, siempre en línea recta, dejando remojados en el agua cada vez un término medio de tres jugadores béticos-. Stielike cobra casi diez millones por temporada, como corresponde a un auténtico foráneo que se precie. La diferencia con el resto es que no se esconde, da la cara, corta y reparte juego, proporciona seguridad a su equipo, y marca goles. Además ha encontrado a otro jugador de corte similar, que llegó al Madrid sin nombre, y que de modesto obrero se ha convertido en pieza clave del actual equipo de Boskov: Angel. Del vigor físico de estos dos hombres se aprovechó el domingo el resto del equipo, especialmente Juanito y Del Bosque, que asentaron la superioridad técnica apabullante del Madrid, aunque cabe especular una vez más con la duda de si también pudo deberse en parte a la débil resistencia que opuso su -contrario, un Betis en el que sólo Gordillo acreditó estar en primera línea.
Queda dicho que en el aspecto circunstancial del juego hubo una jugada clave de la que el Madrid volvió a salir con fortuna. Cuando Cardeñosa se fue por la izquierda en el minuto veintiséis del partido, dribló en el área madridista a San José, y encaró luego a Angel, que le derribó. Guruceta encontró ocasión inmejorable para arreglar el «sambenito» de madridista que acaso él mismo se ha colgado históricamente de forma inconsciente. Guruceta se fue al punto de penalti, sin que en su decisión influyera el revuelo arbitral organizado esta semana por el presidente del Barcelona, José Luis Núñez, aunque quizá éste quiera apuntarse el tanto de que ha logrado que Guruceta castigue con la pena máxima al Madrid. La suerte para el equipo blanco es que en estos momentos no tiene problemas deportivos con los porteros. Y García Remón, tras protestar unos minutos porque no se veía con claridad el punto de lanzamiento, consiguió detener el remate «cantado» y torpe de Oliveira. El portugués ni siquiera tomó «carrerilla» para darle al balón. Más que «paradinha» se quedó parado, y cuando soltó el pie García Remón ya había adivinado su intención. Alguien señaló que tras esta jugada el Madrid marcaría pronto. No se equivocó. Fiel a su costumbre, el Madrid, que no perdona errores, encontró su gol -hoy el turno era para el primer suplente de Cunningham, Roberto-, y comenzó a abrir también en el marcador la diferencia que le separó en el juego del Betis. Con 0-3, el equipo de Boskov aflojó su ritmo, el Betis se echó adelante en los últimos minutos con más voluntad que acierto, y logró dejar el resultado en una engañosa y mínima derrota. La consideración final de este partido es que Boskov tiene mucha suerte: Cunningham sigue sin poder jugar.
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