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La policía cargó violentamente contra las feministas

A los gritos de «¡Zorras! e «¡Iros a abortar fuera!», pronunciados por algunos miembros de la Policía Nacional, más de trescientas personas, en su gran mayoría mujeres representantes de los movimientos feministas, fueron violentamente desalojadas del interior del Palacio de Justicia, sede del Colegio de Abogados de Madrid, donde celebraban una reunión, y de los aledaños del edificio (la Guardia Civil había impedido el paso a más de un centenar de ellas y -a determinados periodistas que iban a cubrir la información). Entre ellas se encontraba Carmen Diez de Rivera, que fue directora del gabinete técnico del presidente del Gobierno en 1976, y la ex diputada socialista Carlota Bustelo, hermana del actual ministro de Industria.

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Carta de un abogado defensor de las procesadas

Los reunidos trataban sobre el juicio por presuntas prácticas abortivas que se celebrará el próximo día 26 en Bilbao contra once mujeres. Alrededor de sesenta abogados, la mayoría mujeres, se encerraron, por el mismo tema, en la Sala de Togas del Colegio. Dos abogadas resultaron contusionadas por los golpes de la policía.La convocatoria de la reunión partió de organizaciones feministas y mujeres independientes. Pasadas las 10. 15 de la mañana, comenzaron a llegar a la plaza de las Salesas grupos de mujeres que lograron entrar en el Palacio de Justicia, pese a la oposición de miembros de la Guardia Civil que custodiaban el edificio.

Cuando los reunidos alcanzaban una cifra superior a doscientos, dio comienzo una asamblea, cuya mayor parte se consumió en debatir la propuesta de algunas feministas: si debían o no permanecer allí la decena de hombres asistentes. Decidida su permanencia por mayoría de votos, la abogada Cristina Alberdi informó del encierro de letradas y explicó las peticiones fiscales y los puntos en que se va a basar la defensa de las mujeres de Bilbao, relativos a la situación socioeconómica de las procesadas.

La asamblea, celebrada en el vestíbulo de la Audiencia Provincial de Madrid y vigilada por una docena de guardias civiles, transcurrió de forma pacífica. Alrededor de las doce del mediodía irrumpió en la reunión un grupo de mujeres, perseguidas por efectivos de la Policía Nacional, los cuales, sin previo aviso de desalojo, cargaron contra los asistentes a la reunión, sentados en el suelo. Los guardias profirieron gritos injuriosos contra ellos, mientras algunos sujetaban a los que intentaban levantarse y correr hacia la salida. En la escalera de acceso a la calle se produjeron numerosas caídas, como consecuencia de la aglomeración y de los golpes de los policías.

En el exterior del edificio, mujeres de diversos grupos feministas y sindicatos portaban pancartas en las que pedían «Educación sexual; no más juicios por abortar» y «Amnistía para las once mujeres de Bilbao». Minutos antes de entrar en el Palacio de Justicia, la Policía Nacional había cargado también contra ellas. Las manifestantes profirieron insultos contra los policías, que fueron respondidos por estos en similares términos.

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Los desalojados cortaron el tráfico en la confluencia del paseo de Recoletos con la Castellana y dieron gritos de «Aborto libre y gratuito» y «Amnistía para las mujeres de Bilbao». A la una y media de la tarde hubo un conato de manifestación ante el Ministerio de Justicia, en la calle de San Bernardo, que también fue disuelto por la fuerza pública. No se tiene noticia de que haya habido detenciones.

Mientras estos hechos sucedían, cerca de sesenta abogadas permanecieron encerradas en la Sala de Togas del Colegio. También estuvieron allí varios compañeros, que se solidarizaron con el encierro.

Las abogadas pensaban permanecer encerradas hasta hoy a las once, pero a las cinco y media de la tarde de ayer un miembro de la junta de gobierno les comunicó que las fuerzas que vigilaban la seguridad del Palacio de Justicia cerrarían el edificio hasta el lunes, por lo que decidieron terminar el encierro, tras dirigir un telegrama al ministro de Justicia, en el que pedían la legalización del aborto. También redactaron dos escritos: uno, para el presidente de la Audiencia de Madrid, que fue quien dio la orden de desalojo, en el que expresaban su repulsa por los hechos de la mañana y por la actitud de la policía; otro, al presidente de la Audiencia de Bilbao, en el que solicitaban la absolución de las inculpadas en el juicio del día 26. Un grupo de unas veinte abogadas acudirá al juicio como observadoras.

En Bilbao, Tenerife, Oviedo, Santiago de Compostela y Toledo también hubo encierros o manifestaciones de solidaridad con las once mujeres que serán juzgadas el próximo viernes y a favor de la legalización del aborto.

En la capital vizcaína la concentración tuvo lugar en el edificio de la Diputación Foral. Alrededor de medio centenar de personas lograron entrar en la Diputación desde el primer momento, mientras la policía impedía posteriormente el paso a dos centenares de mujeres. La madre de una de las encerradas se presentó en el edificio y dijo a los guardias que quería entrar a sacar a su hija de los pelos, porque «mi hija no es una pecadora». Cuando abrieron la puerta para dejar pasar a la señora, entraron en avalancha las doscientas mujeres que había en la puerta, que permanecieron dentro hasta que las fuerzas del orden hicieron un desalojo general. Según fuentes de las encerradas, 59 de ellas fueron trasladadas a la Jefatura Superior de Policía, presumiblemente para trámites de identificación.

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