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El fútbol oriental llama a las puertas de Europa

El fútbol oriental llama a las puertas de Europa El Ajax, el Colonia y el Eintracht de Frankfurt tienen en sus filas a jugadores de razas orientales, que son capaces de ofrecer un alto rendimiento en países donde el fútbol ha alcanzado su máximo desarrollo. Para algunos técnicos, el Extremo Oriente, tanto como Africa, puede, ser en un futuro próximo una fuente de estrellas. El surcoreano Bum-Kun-cha, del Eintracht de Frankfurt, ha sido la última sorpresa en este sentido.

España, y más concretamente, él Barcelona, sentó un precedente en este sentido. Desde el 1915 al 1927 jugó en el Barcelona un interior filipino llamado Paulino Alcántara, a cuya familia la pérdida de la colonia por parte de España la obligó a trasladarse a Barcelona cuando él era un niño. Alcántara jugó muchas temporadas con éxito en el Barcelona, en el que coincidió con Samitier, Piera, Sagi Barba, Platko y otras estrellas de la época. Fue cinco veces campeón de Copa -cuando se retiró aún no se había iniciado el Campeonato de Liga- y otras tantas veces internacional, -los partidos entre selecciones empezaron el año veinte, y no eran frecuentes-, marcó seis goles para la Selección en esos cinco partidos. En el año 51 formó parte de un trío de seleccionadores, junto con Félix Quesada y José María Iceta, aunque sólo dirigieron al equipo nacional en tres partidos. Falle ció hace ya quince años. De la misma época que Alcántara fue Chelín Galatas, filipino igualmente, jugador de la Real y el Atlético, e internacional en una ocasión; hoy es un ferviente se guidor de la selección, a la que suele acompañar en muchos desplazamientos.El gran aviso del Mundial de Inglaterra

En 1966 se presentaba modes tamente en el Mundial de Ingla terra la selección de Corea de Norte, que había conseguido la plaza que la FIFA otorgaba a un equipo representativo de Asia y Oceanía. El hecho de que hubiese superado todas las eliminatorias previas no hacía que se tomara más en serio a esta exótica selección, pues se pensaba que los ri vales que había dejado en el ca mino tenían que ser terriblemen te débiles.

Los norcoreanos cayeron en el mismo grupo que la URSS, Chile e Italia. Se pensaba en principio que el saldo de su participación serían tres rotundas goleadas. En el primer partido parecieron confirmarse los pronósticos, pues la URSS ganó holgadamente, si bien sin goleada, sólo por tres a cero. En el segundo, empataron a uno con Chile; la sorpresa fue interpretada como un descuido de los cómodos chilenos ante una selección fogosa pero primitiva Pero en el tercer partido de la fase de grupo ganaron a Italia por uno a cero. Italia tenía entonces -como los ha tenido siempre- a jugadores de la primera línea mundial: Facchetti, Mazzola y Rivera, por ejemplo. El fútbol ágil, rápido y sacrificado de los norcoreanos dejó eliminada a Italia gracias a un gol de Pat-Do-Ik que hizo historia. Corea y la URSS pasaban a la segunda fase. En ella, el primer rival fue Portugal. A los treinta minutos de juego, Corea ganaba por tres a cero a Portugal y tenía alucinados a los espectadores del encuentro. Después, su falta de sentido posicional en la defensa y la suprema actuación del negro Eusebio dieron la vuelta al partido, que ganó Portugal por cinco a tres. Corea quedaba eliminada, pero había dado el gran aviso.

Desde entonces, el fútbol ha seguido penetrando en el Extremo Oriente y se ha confirmado que las razas de allí son tan hábiles como cualquier otra para practicar el fútbol. El primer equipo en beneficiarse de ello fue el Ajax, que desde hace dos temporadas cuenta en sus filas con un chino, La Ling, y un surmoluqueño, Tahamata. Ambos nacieron en Holanda, pero hijos de chinos y surmoluqueños, respectivamente. La Ling es un delantero alto, de larga y elegante zancada y buena técnica. Tahamata es pequeño, activo, de gran velocidad, duro y con excelente regate. Un jugador práctico, útil tanto para jugar como extremo como para hacerlo en la media. Ha jugado varias veces en la selección holandesa, una de las mejores del mundo en los últimos años.

El último asombro: Bum-Kun-cha

Pero el paso realmente atrevido lo dio en primer lugar Hennes Weisweiler, entrenador actual del Colonia, antes forjador del gran Borussia Moenchengladbach y, entre una cosa y otra, fugaz entrenador del Barcelona, de donde tuvo que marcharse porque pretendió que Cruyff corriera. Weisweiler hizo fichar, ante el escepticismo de la hinchada de Colonia, a un japonés llamado Yasuhiko Okudera, cincuenta veces internacional en su país y figura de uno de los me.jores equipos japoneses, el Furukawa, de Tokio. Weisweiler confió en él, se jugó una difícil carta y le salió bien. Okudera, un extremo retrasado, da goles y los marca él mismo, está siempre donde se le necesita y es pieza clave en el poderoso Colonia de Weisweiler.

Este año, sin embargo, se ha producido un estallido aún mayor: en el Eintrach, de Frankfurt, milita un surcoreano llamado Bum-Jun-cfia, Bum-Bum para la hinchada. que las da todas. Hace un año apareció, de la mano de un agente coreano que habita en Alemania, en el Darnistadt. Jugó un partido a prueba y gustó, pero tuvo que regresar a su país por problemas con el servicio militar, y el Darinstadt le olvidó. Hace poco, el Eintrach4 de Frankfúrt, pagó más de siete millones de pesetas por su ficha, y la afición pensó que era un disparate. Sus 141 partidos como internacional surcoreano en todas las categorías no significaban nada para los aficionados de Frankurt. Pero, sobre el campo, Buni-Kun-cha ha demostrado que es una excelente inversión. Es ágil, elástico, con buen regate, centro preciso y un gran salto de cabeza. Marca muchos goles, gran parte de ellos con la cabeza. En Alemania están asombrados y son muchos los que le califican como uno de los mejores delanteros del mundo. Quedan lejos los tiempos de Alcántara y Galatas, mestizos ambos, con un alto porcentaje de sangre oriental en sus venas. También está casi olvidada la sorpresa de los norcoreanos en el 66, cuando el árbitro español Gardeazábal, que les dirigió un partido, comentó, entre bromas y veras, que el secreto de su fondo físico podría estar en que en el descanso cambiasen el equipo completo, «cosa posible, porque a mí todos me parecían iguales». Ahora, no hay exotismo ni sorpresa. Hay dos jugadores que son pilares en el Ajax, una figura en el Colonia y una superestrella -al decir de los que le ven jugar- en el Eintracht. A partir de ahora, los técnicos europeos mirarán cada vez con más atención hacia el Extremo Oriente.

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