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"La indisolubilidad cristiana del matrimonio es un ideal, no una norma jurídica"

La doctrina de la Iglesia católica sobre el matrimonio, con sus diversas matizaciones a lo largo de la historia, fue expuesta ayer por el padre Miguel Benzo, profesor de Teología y consiliario de la Asociación Nacional de Propagandistas, y por Manuel Villar Arregui, diputado de UCD, en la jornada de clausura del coloquio sobre el divorcio organizado por el Colegio de Abogados de Madrid. El tema abordado en esta jornada fueron los aspectos ético-jurídicos del divorcio, y junto con el padre Benzo y el señor Villar Arregui intervino el notario Enrique Fosar, quien realizó una síntesis histórica y sociológica de la introducción del principio de indisolubilidad.El padre Benzo expuso la doctrina evangélica sobre el matrimonio y manifestó que para Jesús la indisolubilidad matrimonial es un ideal que Jesús propone a sus seguidores, sin que pretendiese nunca que fuese una norma que debe funcionar siempre. Por otra parte, el padre Benzo puso de manifiesto que la indisolubilidad cristiana del matrimonio no deriva de su aspecto sacramental, sino de la realidad amorosa que exige el matrimonio. «Lo que Jesús pretende en el matrimonio es un ideal, al que el cristiano debe tender, pero no pretende establecer una sanción jurídica para quienes no sigan ese ideal.» Por otra parte, el padre Miguel Benzo se refirió al magisterio de la Iglesia sobre el matrimonio y recordó que la indisolubilidad se abre camino en la alta Edad Media, siendo a partir de esa fecha tradición oral de la Iglesia, aunque nunca dogma. A este respecto, añadió que la Iglesia ha mantenido también casos de disolubilidad del matrimonio, sin que hasta el momento exista una teoría teológica que compagine adecuadamente estos casos de disolubilidad con la doctrina de la indisolubilidad. El padre Benzo concluyó afirmando que es inadmisible identificar el ámbito de la moral con el orden jurídico, y añadió que, según la Iglesia, el mejor camino para establecer normas jurídicas es tener en cuenta la decisión mayoritaria.

Manuel Villar Arregui hizo hincapié en que, desde una óptica jurídica, no es cierto que la Iglesia sea radicalmente contraria a la disolución del vínculo matrimonial, y, a este respecto, se refirió a la jurisprudencia canónica sobre el matrimonio, según la cual se favorece en algunos casos actitudes divorcistas. El notario Enrique Fosar resaltó la tardía introducción en el Derecho español del principio de indisolubilidad del matrimonio, que, según él, empieza a funcionar cuando la Inquisición persigue la bigamia. Con anterioridad habían existido de hecho en España numerosas formas de matrimonios disolubles.

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