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Juegos Mediterráneos

Jornada de desorganización máxima

La jornada de ayer fue una nueva muestra de la desorganización existente en los VIII Juegos Mediterráneos. Mientras días pasados la acumulación de deportes a las mismas horas llegó a ser absurda, la del miércoles, sin atletismo, que descansaba, fue de una pobreza increíble. Para colmo de males, la regata de vela, en sus tres clases, debió ser suspendida por falta de viento, luego de ser aplazada por el mal tiempo. A tres jornadas del final de los Juegos, Yugoslavia es el país que más número de medallas de oro ha conseguido, aunque Italia la supera en el total. España siempre es cuarta, a gran distancia de los dos citados y de Francia.

A la organización de los MIS, siglas en yugoslavo de los Juegos, se le han escapado las riendas de tanto deporte como ha querido reunir en la octava edición. Veinticinco modalidades son demasiadas, récord de este tipo de competiciones, incluso por encima de los juegos olímpicos. Parecía difícil hacerlos viables, como así ha sido. No sólo los problemas de desplazamientos a tanta distancia son imposibles de solventar, por la falta de buenas comunicaciones, sino que la programación tampoco ha resultado un éxito, que digamos; no se han hecho coincidir natación y atletismo, que hubiese sido el desastre total, pero ha habido días con multitud de deportes simultáneamente, y ayer, en cambio, sólo esgrima, tiro con arco, waterpolo, vela y halterofilia. Salvo la vela, especialidades no excesivamente atrayentes como para llenar una jornada.Como la quinta regata de vela se suspendió por falta de viento, cuando ya había sido aplazada por la fuerte lluvia, que casi presagiaba ráfagas de fuerza ocho, la jornada quedó en casi nada. España volvió a golear en waterpolo, esta vez a Egipto, por 14-1, tras la apretada derrota del día anterior (7-5) ante la campeona del mundo, Italia, y aún aspira a darle el susto a Yugoslavia. En tiro con arco, la española Mercedes Martín va tercera, y Prieto, cuarto, cerca del que le precede.

En halterofilia, a la hora de cerrar esta edición, Matías Fernández, en los 67,5 kilos, aspiraba a reeditar el triunfo de Joaquín Valle, nuestro mejor levantador, medalla de oro en los sesenta kilos el martes, con nuevo récord de España en dos tiempos. Casado, en los sesenta, con marca discreta, a cinco kilos de su récord nacional, logró el bronce ayer. En esgrima, modalidad sable, Paraíso ganó brillantemente su poule inicial, con una victoria ante el tirador francés, y aunque en semifinales y final iba a tener delante a Montano, campeón del mundo italiano, sí podía subir al podio.

Domina Yugoslavia

Hasta el momento, y tras la nueva razzia de medallas semiregaladas en boxeo, donde dominó claramente, Yugoslavia manda en el cómputo general de los Juegos. Supera en medallas de oro a Francia e Italia, que le siguen de cerca, aunque esta última es la que más número de lugares de honor ha obtenido. A España la doblan y triplican los «tres grandes», y es buen ejemplo de que la actuación no pasa de discreta. Desde luego no es consuelo que, a su vez, se triplique la ventaja sobre Turquía, Grecia o Egipto, que siguen al equipo español.

Hoy, otro ataque a un récord mundial

Hoy, con la vuelta del atletismo, se volverá a salvar el panorama, tanto para el equipo español (es de esperar, según las pruebas y los atletas que sí han venido para ellas) como para los Juegos. Moracho correrá una de las series ridículas de cuatro hombres en 110 metros vallas, pero podrá rodarse para intentar hacer marca tras sus 13-71 de México. Ramón, en 3.000 obstáculos, tendrá en el italiano Scartezzini, revelación de este año, el hombre a seguir para superarse, y Oriol, en pértiga, lo mismo con los franceses Houvion y Bellot en liza. Después de la exhibición de Sara Simeoni en altura, nuevamente la expectación estará en un salto, pues ambos atletas podrían atacar también el récord del mundo, que posee el norteamericano Roberts, con 5,70. Ambos están por los 5,65, y el primero, hijo del que fue recordman francés de la especialidad durante muchos años, especialmente. Para final, en la longitud saltará Nenad Stekic, aún recordman europeo de la distancia, y que acaba de saltar en Roveretto 8,27, y en 1.500 los atletas galos José Marajo y Alex González, que acaban de hacer unos espléndidos 3-35-1.

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