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España, bien librada ante Portugal

España salió bien librada con un empate ante la debilitada selección portuguesa, en la que faltaban los seis hombres del Oporto, el mejor equipo portugués del momento. Pésimo juego de España en la primera parte y sólo regular en la segunda. Portugal mantuvo un tono de discreto a bueno durante todo el partido. El público, aburrido por el espectáculo, encontró consuelo abucheando a Porta, que se sentó en el palco presidencial horas después de anunciar a la prensa viguesa que tampoco el España-Yugoslavia del próximo día 10 se jugará en Balaídos.Hernández Coronado pasó a la historia como el primer seleccionador español que perdió un partido contra Portugal; Kubala ha estado a punto de ser el primero en perderlo en campo propio. De no ser porque rectificó acertadamente el equipo, tras el descanso, es casi seguro que hubiese ganado Portugal. Kubala presentó un extraño equipo, con tres delanteros que son excelentes rematadores, pero ninguno de ellos jugador creativo; tampoco en la media había otra cosa que buenos trabajadores. Portugal, al encontrar ante sí un equipo falto de mando y de facilidad para profundizar, fue ganando confianza poco a poco. Su planteamiento defensivo del principio fue dando lugar a un juego vivo, de inteligente construcción en el centro del campo, donde Oliveira era un jugador con mando y visión, que le faltaba a España; Eurico, Chalana y el extremo retrasado Neliño acompañaban bien su juego y sabían retener el balón cuando hacía falta y soltarlo rápidamente cuando era oportuno. Arriba, Nené ponía su enorme velocidad al servicio de los pases largos de Oliveira, y bastó eso para que Arconada pasara todo el partido inquieto.

Sólo la falta de remate de Jordao y el escaso entusiasmo de los centrocampistas portugueses por acompañar la jugada hasta el final permitió que el buen juego de Portugal no fuese acompañado de goles.

En la otra puerta, Bento no pasaba demasiadas inquietudes. El único gol le llegó a través de un balón alto, cedido por Dani, de cabeza, a Rubén Cano, que fue empujado cuando iba a cabecear a gol. España sacó así partido de la presencia de cabeceadores en su delantera, pero a costa de carecer de calidad en su juego de ataque.

La presencia, tras el descanso, de López Ufarte, Villar y Camacho, mejoró algo las cosas. López Ufarte era el hombre de calidad, inteligencia y precisión en la entrega que hacía falta arriba; Villar no es gran cosa, pero supo comprender lo que el partido exigía de él, algo que no había sabido Arias, arrastrado en la primera parte por el despiste general; Camacho no pasó de discreto, pero eso fue lo suficiente para mejorar con mucho la labor de Uría, que fue un desastre en las entregas.

Portugal, que se encontró con el empate gracias a un penalti que no fue, fue bajando en su juego durante este segundo tiempo. En principio, pareció creerse demasiado su superioridad y comenzó a recrearse en un juego bien bordado en la media, pero sin ningún interés por profundizar, olvidando arriba a Nené y Jordao. Después acusó fatiga física y no pudo contrarrestar el brío de España, que se fue animando al ver que lo que parecía derrota segura aún se podía salvar.

El final del partido se consumió con una presión de España que sólo dio lugar a un par de ocasiones embarulladas y con aislados contraataques de Portugal, cuyos delanteros, en especial Reinaldo (sustituto de Nené a poco del final), fallaron clamorosamente. El partido terminó con empate, que, aunque es un resultado que dista mucho de ser airoso para España, es bastante mejor del que se pudo temer después de ver la diferencia entre uno y otro equipo en el primer tiempo.

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