Veinticinco atletas españoles renunciaron a los Juegos Mediterráneos
Veinticinco atletas españoles decidieron ayer renunciar a los Juegos Mediterráneos. A mediodía, Juan Manuel de Hoz, presidente de la Federación Española de Atletismo, les hizo saber que no retiraba la confianza depositada en Rafael Pajarón, por lo que los atletas seleccionados se reunieron para adoptar una postura; veinticinco decidieron no ir y trece sí. Estos salieron por la tarde hacia Split, acompañados de varios directivos.
Los atletas que causaron baja en la expedición, por voluntad propia, fueron Cid, María José Martínez, Morillas, Mayi Emparanza, Sarria, Abascal, Garrachón, Prieto, Lloveras, Arnau, Ramón, Vara, Casabona, Solanas, Abadía, Alvarez, Rifaterra, Hornillos, Arqués, Benjamín González, Rivero, Trabado, Antón, Moracho y Rosa Colorado. Los expedicionarios fueron Perau, Heras, Rosa Ochandiano, Amanda Naval, Dolores Vives, Mercedes Calleja, Encarnación Gambús, Ana Pérez, Salas, Oriol, De la Infanta, Llopart y Marín. Estos dos últimos, «porque no sabemos a ciencia cierta cuáles son las quejas de nuestros compañeros, ya que en los últimos meses hemos estado fuera de España».A las bajas de los mejores atletas españoles -hay diez recordman nacionales- hay que sumar las producidas por la propia Federación, al no seleccionar a parte de la élite, como Cerrada, Páez -operado el miércoles inesperadamente, al abrírsele los puntos interiores de una intervención quirúrgica pasada-, Iritia, Paraíso, Cabrejas, Alonso, Montserrat Pujol y Alcántara, por diversos motivos. Morillas fue seleccionado contra reloj, cuando el miércoles hizo récord de España en altura, con 2,22, después de haberle dicho que no iría a los Juegos por su baja forma.
La renuncia de más de la mitad del equipo nacional de atletismo a los Juegos Mediterráneos se fraguó seriamente cuando el miércoles por la mañana Benito Castejón no quiso recibir a la comisión gestora de la Asociación Española de Atletas Internacionales, y por la tarde igual negativa recibieron de Juan Manuel de Hoz. Los atletas se reunieron y depositaron en la Federación un comunicado a su presidente, instándole, en un último intento, a que antes de las dos y media del mediodía les comunicase su intención de mantener en el cargo a Rafael Pajarón, pues si fuera así no asistirían a los Juegos.
A las dos y media, casi todos los atletas seleccionados se encontraron en la residencia Blume con sus equipajes dispuestos para tomar en principio el autobús que les llevaría poco después al aeropuerto. José Luis Alonso, secretario general de la Federación, comunicó con ellos telefónicamente y dijo que ni Pajarón dimitía ni De Hoz le iba a cesar y que, por favor, Castejón había dicho que, si había alguno que no estaba di S-puesto a ir, devolviera el uniforme lo más rápido posible. Ante esto, cuando llegó el autobús sólo tres atletas se montaron en él, Perau, Heras y Mercedes Calleja. Los restantes expedicionarios fueron directamente desde el hotel en el que estaban alojados, después de recibir la visita de varios de sus compañeros, para manifestarles su decisión de no ir.
En el mismo aeropuerto, Rafael Pajarón tras comprobar la medida de fuerza adoptada por los atletas, dijo que seguía sin pensar en la dimisión, «porque lo que ellos quieren no es mi dimisión, existen causás más profundas que no las quiero decir a la prensa porque me ha tratado injustamente». Hay que aclarar, que en su momento EL PAIS se puso en contacto con él para defenderse de los ataques de los atletas y entonces no quiso hacer declaraciones.
Así, pues, la expedición atlética española partió ayer hacia Split completamente menguada y sin casi posibilidades de conseguir medalla para Llopart.
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