La solución de la crisís de HYTASA pasa por la rescisión de 361 contratos de trabajo
La plantilla de Hilaturas y Tejidos Andaluces, SA (HYTASA), la fábrica textil más importante de la provincia de Sevilla, deberá reducir su plantilla en 361 trabajadores a partir de 1982 para que la empresa pueda resultar viable, según las conclusiones del equipo técnico designado por la Administración para estudiar las medidas de reestructuración necesarias, con el fin de asegurar su salvación.Estas conclusiones, hechas públicas por el Sindicato Textil de UGT, explican asimismo la necesidad de una inversión de 1.075 millones de pesetas, de modificar la estructura del accionariado, que permita una ampliación y redistribución de poderes en el consejo de administración, y la recalificación del perímetro de la factoría de zona industrial a urbana, con objeto de enjugar con la venta de estos terrenos los 546 millones de déficit que la empresa mantiene con entidades financieras privadas.
La publicación de estos datos por el sindicato socialista ha sido calificada de poco ética y seria por la sección sindical de Comisiones Obreras de HYTASA, que estima que previamente debían haber sido informados el comité de empresa y los propios trabajadores de la fábrica. En cualquier caso, tanto UGT como Comisiones Obreras están discutiendo el informe para adoptar una postura frente al mismo en los próximos días.
El problema de HYTASA, con 1.845 trabajadores, se enmarca en la crisis general del sector, agudizada, en este caso, por una gerencia, ejercida por la familia Pumar, que medios sindicales y oficiales han tachado reiteradamente de caótica. La primera manifestación pública de la crisis se produjo en junio de 1977, al presentar la dirección un expediente de regulación de empleo, que implicaba la suspensión durante seis meses de los contratos de 113 trabajadores, lo que originó una movilización obrera y popular en Sevilla.
En el curso de una de estas acciones de protesta, en el barrio de El Cerro del Aguila, donde se encuentra ubicada la fábrica, el obrero de la construcción Francisco Rodríguez, afiliado a CCOO, resultó herido de gravedad por disparos de un policía, que le provocaron estallido del bazo, perforación del colon y hemorragia en el riñón izquierdo. El herido falleció en enero de 1978.
Después de que la Delegación de Trabajo resolviese negativamente el expediente presentado por la patronal, los sindicatos consiguieron que la Administración iniciase negociaciones encaminadas a reestructurar la empresa, negociaciones que deberán reaniidarse ahora tras la presentación del mencionado estudio técnico.
El Gobierno concedió en enero un crédito extraordinario a esta empresa por valor de trescientos millones de pesetas para que pudiera hacer frente a sus compromisos. El crédito fue acompañado de compromisos de acreedores y trabajadores para facilitar la salida de la crisis.
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