Bernardo Fuentes,
cuyo hijo fue ilegalmente sacado de España a Noruega, en 1975, aprovechó la apertura del año judicial para insistir públicamente sobre lo que él llama -«secuestros oficializados de niños y colonización jurídica». Bernardo Fuentes, a las doce en punto, hora en que se iniciaba el acto solemne de apertura de los tribunales, se colocó dos pancartas con las siguientes leyendas: «Basta de corrupción oficializada», «Menos solemnidad, más justicia» e «Investíguense secuestros de niños españoles al estilo nazi con involucración de altos cargos».Apenas extendidas las pancartas, Bernardo Fuentes fue rodeado de policías nacionales, quienes le conminaron a que las plegara y se marchase. Entre el capitán que mandaba la fuerza pública y Bernardo Fuentes, que blandía en una de sus manos un folleto de la Constitución, se entabló un diálogo imposible: «Quítese usted las pancartas»; «La Constitución protege la expresión de ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción»; «He dicho que se quite usted la pancarta»; «Dígame usted en base a qué razones»; «Está usted provocando». Al final, Bernardo Fuentes plegó sus pancartas.
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