Mínimos anuales a diario
La pasada tanda semanal presentó, en relación a sus inmediatas precedentes, una clara diferencia, y fue la acentuación en la orientación negativa del mercado, al decantarse de una manera clara la totalidad de las opciones, en los sectores punteros, del lado de las ventas.Esta circunstancia tendría su origen, según los especialistas, en el incremento de las órdenes de venta que se habrían producido por parte de los fondos, sociedades de cartera y compañías de seguros, ante la posibilidad que desde el día 31 de agosto les brindó la autoridad monetaria de acceder directamente y en iguales condiciones que los bancos y cajas de ahorro al mercado secundario de los bonos del Tesoro. Efectivamente, sería lógico pensar que buena parte de los abultados saldos vendedores que venían presentando, por ejemplo, los valores del grupo bancario fueran generados por estas sociedades al intentar colocarse en liquidez, para poder tomar los citados bonos, que ofrecían ayer un interés del 16 % para los emitidos a noventa días.
Indudablemente, a la hora de establecer criterios inversores esta nueva alternativa pesará de manera-determinante en las decisiones de los gestores de carteras y fondos, y de mantenerse el citado mercado de bonos en unas condiciones en cuanto a tipos de interés y plazo similares a las actuales, retraerá parte sustancial del efectivo que estas sociedades canalizaban hacia el mercado de valores.
Centrándonos ya en el comportamiento del mercado, diríamos que a las dos primeras reuniones de la semana correspondió el comportamiento más desfavorable, con evoluciones negativas en la mayor parte de sus indicadores sectoriales, y amplia supremacía de las órdenes de venta, que en algunos casos aparecían artificialmente «hinchadas», ante la manifiesta insuficiencia de una demanda temerosa, que se replegaba rápidamente tan pronto como se veía desbordada por el abundante papel, con lo que la actuación de los operadores alcanzaba la filigrana para casar unos cuantos centenares de títulos, y eso siempre y cuando se tratase de los valores importantes del mercado, porque el resto ni existió.
Los bancos fueron quienes principalmente sufrieron los deseos realizadores de fondos y carteras, mientras que las eléctricas, convertidas en un fantasma de sí mismas, observaban un comportamiento errático, completamente falto de definición, en el que se intercalaban y sucedían cortas mejoras y cesiones de cuartillos, pero sin dar muestras en ningún caso de un comportamiento uniforme. Lo que sí es cierto es que la presión vende dora fue menor para ellas, quizá porque sus niveles de rentabilidad no se encuentran tan lejanos de los de estos bonos del Tesoro. Lo cierto es que al cierre de cada reunión se respiraba un ambiente de forzada contención, que era quebrado tan pronto como se iniciaba la actividad el día siguiente. Dentro de este mercado claramente depresivo llamó la atención la evolución favorable de Tabacalera, solicitada los últimos días, y para la que al cierre del viernes aún no había hecho su aparición excesivo papel.
Después de hora, en la última reunión de la tanda se observaban algunas tomas de posiciones muy selectivas, y en general una discreta retirada de papel.
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