Bertolucci cuenta su vida

El director de cine italiano Bernardo Bertolucci acaba de estrenar, en el festival de cine que se clausura hoy en Venecia, una película apasionante, en la que surgen todos los sueños, las frustraciones y la crónica de la infancia del impecable autor de, El conformista, Novecento y Ultimo tango en París. En la muestra veneciana el público ha resultado conmovido por el coraje de Bertolucci y su pasión por el cine. La crítica, sin embargo, no se ha puesto de acuerdo sobre el carácter magistral del filme, que para su autor no debe ser interpretado como «un tratado de psicoanálisis». Escribe Fernando Samaniego.

La luna es la historia de una cantante lírica norteamericana. Se cuenta en ella la relación de esa mujer con su hijo. La ausencia-muerte del padre, el incesto, la droga, la homosexualidad, son argumentos tangenciales. Para el cineasta es uno de los primeros recuerdos de su vida: una bicicleta su madre y la luna. El resto es fantasía.El diálogo con Bertolucci, 38 años, tranquilo, dominador, mascando chicle, zapatos sin calcetines, se pudo formalizar al derribar un muro de fotógrafos y cámaras. Domina todas las respuestas, pero no ofrece síntesis ni explicacione sobre La luna y sus varías lecturas a partir de la simbología del título La idea inicial del filme forma parte de su biografía: el recuerdo de un niño de dos años que confunde y fusiona la imagen de su madre y la de la luna. El prólogo de la película tiene estos elementos que en su desarrollo posterior darán las claves de su comportamiento. Las relaciones de la madre y el hijo, el personaje paterno, los complejos, se acercan a una tipologia psicoanalítica, y es la reacción más inmediata ante la película. «Espero que La luna no sea un tratado de psicoanálisis, que para mí es un instrumento y un método de conocimiento, como lo es el marxismo», declaró Bertolucci.

Las cuestiones planteadas al realizador sonaban a Freud, quien no creía en el cine como un elemento válido para el psicoanálisis. Bertolucci opina que cuando los pacientes cuentan sus sueños están realizando un filme. En cuanto a otros contenidos, manifestó que su película no trata de la. pérdida del sistema de valores de la sociedad occidental, no presenta un problema juvenil ni generacional y la droga es la sustitución del afecto en el caso concreto de ese joven. La película se refiere a una madre y su hijo. Como fórmula cinematográfica y de los personajes, emplea el melodrama. A partir de ahí se sitúan la nueva dramaturgia -aportación personal de Bertolucci a la serie de «nueva filosofía, nueva cocina, nueva economía»-, la ironía, la autobiografía, el homenaje a Pasolini en el actor Franco Citti, la vuelta a un escenario de Novecento, la campiña Emiliana, Parma, la música de Verdi, Nueva York, el cine italiano, el capital americano y las multinacionales, además de la riqueza formal en la creación de imágenes. Quizá la explicación más directa la haya ofrecido el joven actor Matthew Barry, intérprete de la película: «Bernardo usa la emoción.»