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Violenta contestación de las bases a sus dirigentes sindicales en Inglaterra

Los dirigentes de la poderosa Confederación Sindical de Trabajadores de Astilleros y Mecánicos se encuentran hoy ante la embarazosa situación de responder a la acusación de «dictadores» que le han lanzado sus afiliados por convocar una huelga sin el respaldo de los trabajadores.El consejo ejecutivo de la Confederación decretó el pasado jueves la iniciación de paros consecutivos de dos días semanales a partir del lunes en apoyo de sus reivindicaciones de un salario mínimo de ochenta libras semanales (unas 12.000 pesetas). Pero ayer, viernes, se vio sorprendida ante el rechazo de la huelga por parte de un sector mayoritario de los trabajadores, principalmente de la British Leyland y del complejo de máquinas de coser Singer.

Los trabajadores se reunieron por miles en los patios de las fábricas y acusaron a los enlaces sindicales y a los dirigentes de la confederación de «dictadores» por haber convocado una huelga sin haberse molestado en celebrar una votación entre la base.

Más de mil trabajadores del gigantesco complejo que la Leyland tiene en Longbridge decidieron ignorar la convocatoria de huelga y acudir normalmente a su trabajo el próximo lunes.

Los enlaces sindicales de esa fábrica se vieron realmente en apuros cuando un grupo de obreros se acercó a ellos en actitud amenazadora y les increpó al grito de «Colguemos a los bastardos». Los elementos moderados se interpusieron y convencieron a sus compañeros para que depusieran su actitud y pusieran a votación el tema de la huelga, que fue rechazada por unanimidad.

Los trabajadores de la Leyland han manifestado que por obedecer a su sindicato han perdido ya entre setenta y cien libras semanales al decidir el sindicato suprimir las horas extraordinarias. Igualmente la base conoce las dificultades financieras en las que se encuentra sumergida la Leyland, propiedad del Estado, que producirán, si no se resuelven, una serie de despidos.

El ejemplo de los trabajadores de Birmingham ha corrido como la pólvora y la Confederación se encuentra con revueltas similares en Cowley, Solihull y Coventry. Un portavoz de los obreros de Longbridge ha manifestado que «los dirigentes sindicales se encuentran demasiado ocupados con sus objetivos y deseos políticos para enterarse del verdadero sentimiento de la base ».

La «revuelta de los trabajadores» de los mildlands puede extenderse a otras partes de Escocia. Cuando los enlaces sindicales de la planta propiedad de la Singer en Clydebank, cerca de Glasgow, informaron a la base de la decisión sindical de iniciar la huelga, la recepción no pudo ser más hostil. Una gran pita acogió las palabras de los enlaces.

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