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Al Madrid sólo le falló el resultado

Todo le salió bien al Madrid menos el resultado. Llenó el campo, ofreció un fútbol de muchos quilates y consiguió que el moreno Cunningham agradara a la afición. Pero se despistó en la media en la primera fase del partido, y un par de contraataques velocísimos le pusieron el partido muy cuesta arriba en diecisiete minutos. Luego jugó bien y se vació, pero no pudo dar la vuelta al marcador.De Carlos había anunciado que el torneo no había sido amañado con la intención de que lo ganara el Madrid, y al minuto de juego, Krauss había confirmado la veracidad de tal aserto: una rápida carrera por el centro del campo, una sencilla pared y un balonazo a la escuadra enmudecieron a los hinchas madridistas. El Madrid se habla dejado sorprender Por su falta de sacrificio y atención al marcaje en la media, y lo mismo le sucedería varias veces más. El Bayern se replegaba y cedía metros para cerrar el paso atrás con gran densidad de hombres y soltaba escalofriantes contraataques cada vez que podía, amparado en esa falta de marcaje del Madrid en la media. García Remón pasó algunos sobresaltos, hizo alguna parada y tuvo que sacar otro balón de la red en el minuto diecisiete, tras espectacular galopada de Rummenigge, que sólo tuvo que afrontar a Pirri cerca ya del área y con todas las bazas a su favor.

Estos dos goles le dieron al partido tufillo a goleada y a fracaso estrepitoso en la presentación del Madrid, pero el equipo de Boskov tuvo la suerte de reducir pronto distancias gracias a un gol de Juanito en posición presumiblemente ilegal, y tras despiste -el único del partido- de la defensa del Bayern. El tanto dio un respiro a la hinchada y le permitió concentrarse en el partido y, especialmente, en el juego del equipo de sus amores.

Y el hincha madridista pudo ver a un Madrid ardoroso, volcado al ataque, con una buena nota media en las individualidades y falta de fortuna en el remate. La media construyó buen fútbol; Cunningham agradó por sus regates, sus aceleraciones súbitas y por su sentido de colaboración con sus compañeros; Santillana se batió el cobre en condiciones difíciles, y Juanito hizo algunas cosas buenas, pero perdió muchos balones por pretender jugarlos como lo haría Pelé. Atrás, la defensa se las compuso como mejor pudo para frenar los contraataques del Bayern, que se guían encontrando el medio campo bastante libre.

La presión del Madrid se hizo especialmente aguda en el segundo tiempo. En los primeros minutos, el público pareció empeñado en que fuera el árbitro el protagonista del empate y le abroncó varias veces por no sacarse de la manga algún penalti, pero poco a poco el buen fútbol del Madrid, que embotelló literalmente al Bayern, hizo que el aficionado quedara prendido en la emoción del juego. Las cargas de Pirri, Del Bosque, Angel y Stielike rebotaban una y otra vez en una pétrea defensa de la que salían siempre peligrosos contraataques ante los que la defensa madridista tenía que recurrir muchas veces a la falta descarada. Daba la impresión de que el gol podía llegar en cualquiera de las dos puertas, pero las mejores ocasiones fueron del Madrid. Cunningham encontró un par de veces resquicio para lanzar su tremendo disparo, pero no dio con la puerta. Juanito hizo una jugada primorosa, pero una gran parada de Junghans mandó el posible gol al limbo. Un par de veces defensas alemanes sacaron sobre la raya de meta y muchas otras Junghans se acreditó como un excelente portero, seguro en las salidas y rápido bajo los palos. Enfrente, García Remón escapó con bien de algunos sustos -entre ellos un balonazo al palo- y salvó un gol claro con una salida decisiva. El final llegó entre la ansiedad del gol y el disfrute del fútbol de gran categoría que se estaba contemplando. Los que sólo se divierten cuando el Madrid le mete cuatro goles a un equipo de la segunda mitad de la tabla se marcharon tristes. Los que gozan del fútbol, casi eufóricos.

Ajax, finalista en juveniles

El Ajax puede volver a ser campeón de Europa a la vuelta de unos pocos años, le bastará para ello con alimentar bien a su equipo juvenil. En el prólogo del partido, los juveniles del Ajax hicieron una auténtica exhibición de fútbol-asociación químicamente puro, enriquecido por la soberbia calidad de algunas individualidades. Once mozos fuertes, con gran condición técnica -algunos con visos de fenómeno- y una enorme facilidad para simplificar el juego borraron del campo al Bayern, que pese a dar una buena media fue milagroso que escapase de allí con una derrota honrosa de tres goles a dos.

Programa para hoy

Esta tarde, a las ocho, se enfrentarán los juveniles del Madrid y los del Ajax; a las diez menos cuarto, la otra semifinal de profesionales, Milán-Ajax, que hace diez años se enfrentaron en ese mismo escenario en final de Copa de Europa, con victoria italiana por 4-1.

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