La crisis de Unión del Pueblo Canario pone en peligro la coalición nacionalista

La coalición nacionalista Unión del Pueblo Canario (UPC), que constituyó la gran sorpresa electoral en los dos últimos comicios en Canarias, se ha dividido en dos tendencias, como culminación de una crisis interna que enfrentaba a los llamados «sectores de base» y la dirección insular que representa el diputado Fernando Sagaseta. La última gota que llenó el vaso tuvo lugar en la llamada l Asamblea Nacional, celebrada a mediados de agosto, siendo en los dos últimos días cuando los dos grupos han dado a conocer públicamente su versión de los hechos.

Las luchas en el seno de la coalición nacionalista -prolongación del Pueblo Canario Unido (PCU)-, hace meses que comenzaron, concretamente, los días posteriores a las elecciones municipales. Por un lado, se encuentran los «nacionalistas de base», encabezados por el consejero del Cabildo Ernesto Luján y el sacerdote José Luis Alamo -este último llegado desde hace años a las luchas populares de barrios-, que acusan a la dirección de PCU de haber levantado un muro de ataques y calumnias frente a todo razonamiento que no sean los suyos propios, así como de haberse valido de los cargos que ostentan en la dirección y de «viraje hacia la derecha». Este sector ganó la votación de la primera asamblea nacional, en donde se proponía el cese de toda la dirección y el nombramiento de una gestora.

Por otro lado, se encuentra la dirección insular, que abandonó esta asamblea tras perder la votación, estimando que «fue un show, donde más del 50% de los votos en contra eran de personas no militantes de UPC». Y añadiendo que los «autodenominados nacionalistas de base estántacierido eljuego a la oligarquía, siendo manipulados en gran parte». A este sector pertenecen todos los dirigentes históricos del nacionalismo canario, encabezados por los comunistas Fernando Sagaseta y Gonzalo Angulo, considerado este último como «auténtico cerebro» de la coalición nacionalista canana.