La seleccion de atletismo, un nido de desavenencias

La selección española de atletismo se ha convertido en un nido de desavenencias. En ella se da la paradoja de que, pese a que el cronómetro y el metro pudieran parecer jueces decisivos a la hora de escoger los hombres para la selección, el puesto de seleccionador es especialmente incómodo y discutido. La reciente exclusión de Páez del equipo que acudirá a los Juegos del Mediterráneo viene a recordar casos recientes como los de Blanquer y Cerrada. Pajarón, director técnico de la Federación de Atletismo -cargo equivalente a seleccionador nacional-, sólo lleva año y medio en el puesto y en este tiempo se han sucedido las polémicas en tomo a sus decisiones. Informa Juan Mora.

La figura del director técnico, actualmente Rafael Pajarón, representa al verdadero seleccionador de los equipos nacionales. Es designado directamente por el presidente y tiene plena autonomía. Curiosameríte, todos los que estuvieron en el cargo tuvieron problemas y ninguno pudo desarrollar un plan a su entera comodidad, pues al poco tiempo cesaron. Nada menos que cuatro directores técnicos ha tenido la Federación desde los últimos Juegos Olímpicos. Al término de éstos cesó Pascua Piqueras y le sustituyó José Luis Alonso, actual secretario general, que dejó el cargo al cesar Forcano en la presidencia. Llegó De Hoz y, tras conceder la dirección técníca a José Luis MartÍnez, ayudado por Ballesteros y Paco López, le dimitió y puso a Rafael Pajarón.El director técnico presenta el plan anual y selecciona a los atletas. En un deporte en el que no debían existir problemas, por cuanto el cronómetro y el metro son los mejores jueces, las desavenencias de los atletas a la hora de confeccionar las selecciones son múltiples, precisamente por las atribuciones que tiene el propio director técnico. Este es libre, previa consulta con el presidente, de no llevar a la selección al atleta que tenga mejor marca. Este es el caso concreto de Páez, que no irá a los Juegos del Mediterráneo por no haber querido asistir a un encuentro internacional el último fin de semana. Pajarón dijo que contaría con él nuevamente si acataba las normas de disciplina, pero a la hora de la verdad se le ha dejado fuera. «Yo no puedo seleccionar a un atleta y que luego siempre me diga que no», manifiesta Pajarón; «de cualquier manera, todo se decidirá en la reunión de la comisión ejecutiva el próximo 15 de septiembre.» Lo que se decida en esa reunión va a ser igual. Páez no irá a Split, porque en las inscripciones que ayer llevó Albarrán a Yugoslavia su nombre no figuraba.

Pajarón respalda también su decisión de no seleccionarle «porque Páez dijo en una entrevista que estaba lesionado». El atleta, sin embargo, ayer mismo dijo que, efectivamente, arrastraba una lesión, pero que podría estar recuperado para los Juegos del Mediterráneo. Todo esto no son más que disparos do fogueo que intentan esconder el auténtico cisma entre ambos. Si hubiese verdadera disposición para arreglar el problema, tendría que haber un diálogo entre los dos.

Blanquer, hace justamente un año, también tuvo diferencias con Pajarón porque no le llevó al campeonato europeo, pese a tener mínima. Cerrada, poco después, planteó problemas a la Federación cuando no aceptó el plan de preparación para el Cross de las Naciones. Ahora es Páez, todo un campeón de Europa en pista cubierta, el que censura al organismo federativo. No son lógicas tantas desavenencias en un deporte que si se practica es sólo por afición.