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Cuatro transeúntes, muertos por un camión sin frenos en Aranda de Duero

Cuatro personas resultaron muertas en la tarde de ayer en un espectacular y trágico accidente registrado en la carretera Nacional I, a su paso por Aranda de Duero (Burgos), en el mismo corazón de la ciudad, al quedar sin control un camión cargado con veinticinco toneladas de fuel-oil.

Según informaciones recogidas en el lugar del accidente el camión-cisterna matrícula BU-277,52, de Transportes J. Ortega, de Burgos, sufrió una avería en los frenos, a la altura del santuario de la Virgen de las Viñas, cerca de la plaza de toros de Aranda, Tras bajar la pendiente que existe en el lugar, se precipitó a gran velocidad hacia el centro de la población, perdió uno de los ejes y recorrió más de un kilómetro dando bandazos, causando daños a vehículos que viajaban en ambas direcciones y a otros que se encontraban aparcados.Al llegar a la plaza de San Francisco, en el centro de la ciudad, y habiendo alcanzado ya una velocidad espectacular, chocó contra una furgoneta y después se fue a estrellar contra el edificio que ocupa una entidad bancaria, para salir rebotado y volear en plena vía. Fue en la plaza de San Francisco donde el camión arrolló a varios transeúntes, cuatro de los cuales fallecieron en el acto. Al parecer, hay otros dos heridos graves.

A consecuencia del vuelco, se abrió un boquete en la cisterna del vehículo de unos cincuenta centímetros de diámetro, por lo que se derramaron por la calzada y aceras las veinticinco toneladas de fuel-oil pesado que iba destinado a una industria local.

Personal de Obras Públicas, Bomberos, Policía Municipal, empleados del Ayuntamiento y numerosos voluntarios colaboraron en los trabajos de limpieza del fuel-oil, lo que no impidió que la carretera general permaneciera cerrada al tránsito durante varias horas. Las colas de vehículos alcanzaron varios kilómetros en ambas direcciones.

La indignación entre los habitantes de Aranda de Duero se hizo patente nada más conocerse la noticia del trágico accidente, Entre el numeroso público que se concentró en la plaza de San Francisco, lugar del siniestro, y en los locales públicos, el comentario unánime era la evidencia de que una tragedia de esta naturaleza o una mayor -es difícil saber qué hubiera sucedido si el camión en vez de fuel-oil fuera cargado con un producto más inflamable o tóxico- tenía que suceder algún día ante la dejadez de la Administración para atender una demanda sentida en toda la población: el desvío de la Nacional I.

Duante el verano y el otoño del pasado año se sucedieron en la localidad burgalesa las denuncias sobre el peligro que entrañaba para la población el tránsito diario de la Nacional I y la petición de que se abriera el desvío.

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En concreto, durante el mes de agosto, después de una campaña promovida por los movimientos ciudadanos, centrales sindicales y partidos de izquierda, se llevó a cabo una sentada para llamar la atención de las autoridades provinciales y estatales sobre el problema. Los organizadores de la concentración estimaban, además del evidente peligro, que el bloqueo del tránsito de la N-I, a su paso por Aranda, se reproducía en todas las calles de la ciudad, lo que generaba una abrumadora contaminación.

Días después de la sentada, que fue duramente reprimida, una representación ciudadana y el gobernador civil emitieron un comunicado conjunto, en el que se planteaban una serie de acciones encaminadas a conseguir la apertura del desvío.

A última hora de ayer fueron identificadas las víctimas del accidente, todas ellas vecinas de Aranda. Los fallecidos son Paulino Yagüe Sanz, de 42 años; Candelas Guijarro Bajo, de 38, y sus dos hijos gemelos, de cinco años, Javier y Jorge Veros Guijarro. María Paz Veros Guijarro, de trece años y hermana de los anteriores, se encuentra internada con heridas muy graves.

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