El bautizo de los niños
Leo en el ejemplar de su digna dirección del día 26 del presente mes, la carta del matrimonio Mario Pérez y María del Carmen García y las puntualizaciones que sobre catolicismo y matrimonio civil hacen a Tomás Sobrino.Respetando, por supuesto, la opinión de cada cual, creo que esa oposición al pronto bautismo de los niños encierra tina grave contradicción, incluso en un plano meramente humano: según esa lógica, no podría traerse un niño al mundo sin su consentimiento, ni alimentársele, vacunársele, lavarle, vestirle o educarle, funciones vitales todas ellas, pero que el niño no puede reclamar antes del uso de razón.
En el fondo, esta oposición carece de rigor, pues si no se bautiza al niño también se toma una decisión -la de no bautizarle- sin contar con él, y se le priva de un derecho básico -el de recibir la gracia-, necesario para salvarse sin contar con su autorización. El recién nacido no está en condiciones de reivindicar su derecho, y, sin embargo, lo tiene.