Carlos Pérez de Bricio: "Es imprescindible reactivar la demanda interior"

La reactivación de la demanda interna es el remedio para salir de la crisis en que se halla el sector del metal, manifestó ayer Carlos Pérez de Bricio, presidente de Confemetal (Confederación Española de Empresarios del Metal), en el transcurso de una rueda de prensa celebrada en Madrid. La exportación está frenada, añadió, por la política monetaria y porque el mundo entra en una situación de crecimiento más bajo de lo previsto.

El presidente de Confemetal (Confederación Española de Empresarios del Metal), Carlos Pérez de Bricio, destacó ayer, en una rueda de prensa, que la grave situación por la que atraviesa el sector es debida a la drástica reducción de la demanda interna. A esto, dijo, hay que añadir que, si en julio de 1977, el cambio en la paridad de la peseta favoreció las exportaciones y en 1978 la tendencia exportadora no se vio frenada en exceso; en la actualidad, con la apreciación de nuestra moneda, se hace muy difícil mantener niveles importantes de exportación.La reducción de la demanda interna, en opinión de Confemetal, se debe a la paralización de la inversión, que incide en dos vertientes: retraimiento ante la ampliación y creación de nuevas industrias y progresiva degradación en el mantenimiento de las mismas. «El grado de envejecimiento de nuestras industrias es superior al de hace años.»

Menor consumo que en 1968

El presidente de Confemetal facilitó algunos datos concretos sobre la situación del sector, entre los que destacó el consumo medio por habitante, que en la actualidad es inferior al de 1968. El pasado año el consumo de acero alcanzó 8.400.000 toneladas, lo que supuso una reducción del 16,6%, con respecto a 1977, y casi un 28,3%, respecto a 1974. En el primer trimestre de 1979, la tendencia decreciente se mantiene; el consumo interno se ha reducido en un 7,5% adicional sobre el mismo período del año anterior.Desde 1974, la producción se ha reducido en términos reales en un 26% y la productividad ha descendido en un 32%.

Las perspectivas para el presente año, según Confemetal, son negativas. Para el presidente de la confederación, estamos ante una situación generalizada de inflación de costes, por las consecuencias de la crisis energética, la ausencia de un marco de relaciones laborales y unos altos costes financieros.

Pérez de Bricio destacó que se necesita activar el estímulo al ahorro para mitigar la gravedad de la situación. Estímulo que debe dirigirse en dos direcciones: creación de incentivos fiscales y un mayor control del disparado consumo del sector público y del consumo suntuario y superfluo privado.

El presidente de Confemetal destacó asimismo que se necesita restablecer la confianza en el empresariado, mediante un marco de relaciones laborales que tenga en cuenta las exigencias de todos. En este punto añadió que Confemetal estima que el proyecto de ley de estatuto del trabajador olvida que la empresa debe desenvolverse dentro de la economía de mercado y con criterios de rentabilidad, a los que se opone la falta de flexibilidad en las plantillas.

Promesas de Abril Martorell

El presidente de Confemetal dio cuenta, por último, de la reunión mantenida por la confederación con el vicepresidente segundo del Gobierno, Abril Martorell, a finales del pasado mes, y en la que se le plantearon todos los aspectos problemáticos del sector.Según Pérez de Bricio, el vicepresidente reconoció que el sector del metal era el más afectado por la crisis y estimó necesaria la reactivación de la inversión, reactivación que se podría iniciar con la aprobación del Plan Energético Nacional, proyecto que es previsible que en el presente mes se debata en las Cortes.

Abril Martorell reconoció, también la falta de dinero en el mercado y prometió para septiembre una liberalización de los tipos de interés, así como la presentación ante las Cortes del estatuto del trabajador.

Carlos Pérez de Bricio finalizó su intervención manifestando que el camino para salir de la crisis en que se ve inmerso el sector del metal es la reactivación de la demanda interna. Las posibilidades de aumento en las exportaciones las consideró menguadas, porque «el mundo entra en una situación de crecimiento más baja de lo previsto».