Dos súbditos belgas, heridos al explosionar una bomba en una playa de Marbella
Los súbditos belgas Hugo Radelet, de 34 años, y Goseana Tukans, de veinticuatro, resultaron heridos, a las dos y cuarto de la tarde de ayer, en la playa de Marbella, al hacer explosión un artefacto, cuya colocación no había sido anunciada con anterioridad. Este es el sexto artefacto colocado en la Costa del Sol en los dos últimos días.
La explosión se produjo en el balneario La Siesta, situado en la playa de Nueva Andalucía, junto a Puerto Banús y el casino. Los súbditos belgas, que se encontraban tomando el sol, fueron trasladados a una clínica de Marbella y, posteriormente, a la Ciudad Sanitaria de la Seguridad Social Carlos Haya, de Málaga. Goseana Tukans sufre heridas y quemaduras de pronóstico menos grave y Hugo Radelet tiene una lesión grave en un ojo, según informaron a EL PAÍS fuentes médicas de la propia residencia.En medios policiales de Marbella se comenta que la colocación de este artefacto puede ser la respuesta terrorista a la detención, anteayer, de tres presuntos miembros de un comando de ETA político-militar, en una rápida actuación. Los tres detenidos han sido, al parecer, plenamente identificados por varios testigos como las personas que colocaron los artefactos que fueron encontrados en el paseo Marítimo. También siguen detenidas otras cuatro personas, presuntas colaboradoras del comando, y la policía continúa la búsqueda del cuarto hombre que, con los tres detenidos e identificados formaba parte del comando terrorista.
La explosión de este nuevo artefacto ha aumentado, si cabe, el pesimismo en los ambientes turísticos de Marbella. La opinión pública de la Costa del Sol está no tanto atemorizada cuanto indignada y convencida de que la temporada turística se ha ido a pique como consecuencia de esta ola de atentados.
Alarmas en otros puntos de la costa
Quinientos clientes, aproximadamente, del hotel Cavanna, de La Unión (Murcia), se vieron obligados a desalojar el edificio como consecuencia de una llamada anónima que anunció la colocación de un explosivo. Fuerzas de la Policía Nacional y de la Guardia Civil inspeccionaron detenidamente el hotel, sin encontrar ningún objeto sospechoso.
La falsa alarma se produjo a última hora de la noche del pasado viernes. Los huéspedes del hotel fueron trasladados en autobuses a otros dos centros, donde pernoctaron. Ayer, sábado, por la mañana, regresaron a sus habitaciones y la dirección del hotel les ofreció una fiesta musical «para quitarles el mal sabor de boca».
Casi simultáneamente al aviso del hotel Cavanna se recibió otra llamada en el edificio de apartamentos Brasiliana, que fue también desalojado, sin que se encontrara ningún explosivo.
En Benidorm, donde explosionaron dos artefactos el pasado viernes, el Ayuntamiento mantuvo ayer una reunión con los representantes hoteleros. Según la corresponsal de EL PAÍS, Mari Carmen Raneda, se señaló que no ha habido cancelaciones de plazas y se acordó actuar sin nerviosismo, dado que no ha habido daños físicos y los daños materiales revisten poca importancia. A lo largo de la jornada del viernes la policía procedió a desalojar, debido a falsas alarmas de bomba, varios hoteles, cafeterías, bloques de apartamentos y un camping.
Al margen de estas llamadas, la situación en Benidorm es de completa normalidad y el público acude a las playas como siempre. Un portavoz del tour operator Thomson, el que más turismo trae a Alicante, ha señalado que se mantenían todos los vuelos programados y que no se había producido ninguna cancelación o solicitud de un cambio de destino en las vacaciones.
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