Quejas contra Enpetrol
En nombre propio y en el de 366 trabajadores de Enpetrol de Puertollano, nos dirigimos a usted para rogarle la publicación de esta carta en el diario de su digna dirección, como único medio para hacer llegar a la opinión pública el expolio y atropello de que hemos sido objeto por la citada empresa, mal llamada nacional, y que como tantas del INI no es más que coto cerrado de tecnócratas y burócratas enquistados, sin responsabilidad en sus gestiones.En el año 1975 se procedió a la fusión de Calvo Sotelo, Repesa y Refinería de Tarragona, para constituir la actual Enpetrol.
Los trabajadores de la desaparecida Calvo Sotelo de Puertollano teníamos sueldos inferiores al resto de las otras compañías fusionadas (situación que se mantiene pese a los cuatro años transcurridos y a las promesas y compromisos adquiridos por el presidente en actas de reuniones del jurado de empresa).
Con el fin de conseguir la aceptación de la fusión por parte de los trabajadores, se nos prometió la homologación salarial con Repesa, de Cartagena, ya que Calvo Sotelo tenía reglamentación distinta con niveles salariales más bajos. ¡Cuán distinta ha resultado la realidad!
Al socaire de la pretendida homologación, trabajadores con más de treinta años de servicio y ostentando categorías de maestros, contramaestres, jefes de equipo, oficiales 1.ª de administración por oposición, etcétera, nos vimos desposeídos de nuestras categorías laborales, adjudicándose niveles salariales de categorías más bajas, de acuerdo con lo establecido en la ordenanza del petróleo.
Recurrimos a Magistratura, donde, en sentencia que firmaría Salomón, se nos declaraba nuestras categorías adquiridas anteriormente reconocidas, pero sin que ello se reflejara en el nivel salarial. En síntesis, el fuero, pero no el huevo.
Hemos planteado en Madrid, en las Magistraturas de la capital, por ser residencia de la empresa, reclamaciones en número de 366, a Fin de que se nos reconozca nuestros derechos adquiridos tras largos años de permanencia en la empresa y de promoción y sacrificio, y tras dos años de tramitación (¡oh,
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