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Las lesiones musculares, a punto de eliminar al Madrid

El Madrid ha llegado al final de la temporada devorado por la carcoma de las lesiones musculares. Ello le pudo costar su semifinal ante el Sevilla, salvada en última instancia gracias a una defensa numantina llevada a cabo durante toda una segunda parte, en la que jugó con diez hombres, uno de ellos, Pirri, cojeando de forma lastimera. El partido tuvo poca historia y fue una exhibición de impotencia del Sevilla, incapaz de doblegar a su decrépito rival.Floja primera parte, en la que el Sevilla estuvo un poquito mejor armado en la media que el Madrid, pero sin capacidad de maniobra en el área. A pesar de su dominio en la media, apenas era capaz de forzar el paso hacia García Remón, que sólo tuvo que emplearse en esta primera parte en una salida a pies de Scotta y en un par de paradas a disparos sin gran colocación.

Por su parte, el Madrid avisó pronto del papelón que iba a hacer en el partido. En el minuto diecinueve, Juanito se iba cojeando con una lesión de abductores y dejaba el puesto al sufrido Roberto; once minutos más tarde, era Jensen el que se iba con un tirón, y en su lugar no entraba en el campo el esperado astro de color Lauri Cunningham, sino esa esforzada mediocridad llamada Isidro. Para el Madrid se ponían las cosas mal. A pesar de todo, había tenido la suerte, hacia el minuto diez, de armar un buen contraataque que Santillana mandó al limbo en el disparo final, y conseguiría, ya agotadas sus dos sustituciones, el primer gol del partido, gracias a un pase al hueco de Del Bosque a Roberto y el consiguiente disparo de éste, con rebote, emoción y agonía antes de posarse el balón en las mallas, como suele ocurrir con casi todos los goles del popular pseudoriundo.

La segunda mitad empezó con mejores perspectivas para el Madrid, gracias a su gol ultrasónico de Aguilar, que a los veinte segundos de puesto el balón en juego lo había mandado ya al fondo de la puerta de Paco, gracias a una preciosa colada de su banda rematada con un gran zapatazo; un gol acaso brindado a la directiva para pedir a ésta que anule sus gestiones acerca de Cunningham.

Pero cuando los espectadores madridistas se sentaron otra vez tras aclamar al autor del gol, echaron cuentas y vieron que en el Madrid jugaban diez, que faltaba Sabido. Luego se sabría que una lesión de ligamentos producida al final de la primera parte le había obligado a quedarse en la caseta, sin sustitución posible ya. Igualmente pudieron ver los hinchas madridistas al siempre heroico Pirri cojeando lastimosamente al fondo del equipo, semiinválido, agravando su desgarro muscular en la ingle en cada ugada, pero incapaz de abandonar al equipo en esas condiciones.

Dos goles son un buen margen para defenderlo en casa durante 45 minutos, pero el Madrid estaba muy desmoronado y la eliminatoria no parecía clara. Los madridistas se parapetaron atrás, pero fue más la incapacidad del Sevilla para el ataque que la defensa numantina del Madrid lo que puso a éste en la final. En toda la segunda parte apenas soltó algunos contraataques el equipo de Molowny, contraataques que fueron sorprendentemente bien llevados por Roberto, que nunca pareció tan buen jugador como en esa difícil noche, en la que no hubiera sido ningún sacrilegio compararle con el mismísimo Velázquez. Un par de veces estuvo a punto de marcar el Madrid en esos contraataques, pero al final hasta a Roberto se le acabó el gas y todo el Madrid quedó en dique seco, dejando pasar minutos, echando balones fuera, enviando saques de banda desde medio campo a su portero, que, a todo esto, no tenía que hacer grandes cosas ante la roma delantera sevillista. Sólo a cinco minutos del final acertó Sanjosé a colarse hasta la línea de fondo para ponerle un pase de ensueño a Bertoni, que clavó el gol que comprometía aún más los minutos restantes. Pero ya no sabría hacer más el Sevilla, que dejó escapar esos cinco minutos que le separaban de la final, incapaz de marcar otro gol que le hubiera llevado a una prórroga para la que lo tenía todo a favor. El Maand se planta en la final, pero la pregunta ahora es quiénes van a poder jugarla. Posiblemente, ninguno de los cuatro lesionados de este partido. El Madrid ha llegado muy cascado a este final de temporada.

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