La URSS recuperó el título
La Unión Soviética recuperó el título europeo que no conseguía desde el último campeonato celebrado en Essen en 1971, ya que desde entonces los yugoslavos monopolizaron el título continental. Al vencer a Israel ayer por 98-76 en una final que no tuvo ninguna historia y en la que los soviéticos se mostraron muy superiores, éstos se adludicaron por duodécima vez la corona europea, con lo que siguen siendo el país que más veces ganó este trofeo. Por su parte, Israel fue la primera vez que disputaba una final europea, ya que sus dos mejores clasificaciones anteriores las consiguió en 1953 (Moscú) y 1977 (Lieja), obteniendo en ambas ocasiones el quinto puesto.En la final inédita que disputaron soviéticos e israelíes se demostró la clara superioridad de los primeros, tal como señalaba el pronóstico, ya que nadie ignora que entre todos los equipos que se dieron cita en la fase final de Turín no fue Israel el más cualificado para llegar a esta final, pese a que los resultados demostrasen lo contrario.
La URSS basó su triunfo en un juego práctico y eficaz, en el que se volvió a su antigua escuela, cuando figuraba en su selección el gigante Andreev. Entonces el alero que hacía que balones llegaran a él era Kapranov. Ahora todo sigue igual, en cuanto al sistema se refiere, y como entonces, bajo la dirección de Belov, ahora sólo hay que cambiar dos nombres, ya que es el joven Tarakanov el que se ocupa de «alimentar» de balones al supergi,gante -2,20 metros- Tkhenko. Esto fue más que suficiente, sin ninguna otra ciencia baloncestística, para que la URSS ganara.
Israel jugó cuanto supo y, como es habitual en su equipo, luchó hasta que la evidencia le convenció de que todo era inútil y de que se encontraba ante un rival, hoy por hoy, inasequible para sus posibilidades. Ni la sensacional actuación de Berkovich ni la gran labor de Yanai hicieron sombra en un partido en el que un equipo hizo valer su historial, su juego, su entidad y su saber estar en una final europea, hasta el punto de que terminó el encuentro con tres hombres en la cancha -Edeskho, Zarmukhamedov y Belov- que sumaban la friolera de 104 años.
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