La ciudad más poblada e industrial de China

Shanghai (en chino, encima del mar) sigue siendo la más occidental de las ciudades de China, con bullicio y ajetreo callejero. Cada día, a las cinco de la madrugada, centenares de ciudadanos comienzan la danza del dai shizhuang (gimnasia de las artes marciales) por las plazas y los parques de la ciudad. Esos mismos parques que hace medio siglo estaban adornados con letreros significativos: «Prohibida la entrada a perros y chinos. »Tal vez por ello, el sentimiento nacionalista está muy acendrado en los shanganeses. Ellos iniciaron la guerra del opio (1840) contra la colonización occidental. En 1921, en una semiderruida escuela religiosa se fundó el Partido Comunista, y sus calles fueron bañadas de sangre en 1927, cuando las tropas leales a Chang Kai-shek reprimieron el levantamiento popular. Allí se encontraban entonces figuras históricas como Zhou Enlai.

Shanghai es una ciudad madrugadora, A las cuatro de la madrugada ya han comenzado las primeras peleas entre estibadores del puerto (entre los cinco primeros del mundo, con treinta kilómetros de muelles) y los transportistas fluviales. El Wangpoo, el río que cruza la ciudad, ha servido de eje en su urbanismo. A la izquierda, la antigua zona colonial (establecimiento de concesiones de las potencias occidentales), y al margen opuesto, la zona industrial, que se ha ido ampliando con otras nueve ciudades suburbio, que hacen hoy de Shanghai la primera ciudad más poblada de China (más de nueve millones).

Hoy, la modernización es imperiosa en esta macrópolis. Un alto porcentaje de sus habitantes habitan en apartamentos insalubres y en los múltiples sampans (barcas) fondeadas en el estuario del Wangpoo.

El millón largo de obreros que trabajan en la industria pesada y química son los más cualificados de China (algunos son exportados a provincias necesitadas) y han colocado a la ciudad a la cabeza de la industrialización del país.