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Reportaje:

El comando musulmán "Jajali" está en México para matar al sha

Un comando musulmán iraní se encuentra en México para asesinar al sha y a su familia, según afirma el diario Bambad, de Teherán. El rotativo iraní, de tendencia liberal y de amplia difusión, asegura que los hombres del ayatollah Sadeq Jajali ya estuvieron en las Bahamas a la caza y captura de la familia imperial y que ahora se han desplazado a México tras el rastro de los Reza Pahlevi, que en la actualidad se encuentran en una finca de la ciudad de Cuernavaca, propiedad del banquero mexicano Manuel Espinosa Iglesia.Si no fuera por el fanatismo y la capacidad de mando a distancia que ejercen los ayatollahs sobre sus fieles creyentes, habría que tomar la broma la historia del comando imperial de la muerte que preside Jajali, el jefe religioso iraní que el pasado 13 de mayo condenó a muerte a la familia imperial y ofreció todo tipo de inmunidad política para quienes quitaran la vida a los protagonistas del más lujoso éxodo de nuestro tiempo.

El sha, su esposa, Farah Diba, su hermana Ashraf, su hermanastro Golomreza y su suegra Farideh fueron condenados a muerte por el ayatollah Jajali, acusados de haber dado muerte por órdenes directas de todos ellos a centenares de iraníes. No se incluyen en la sentencia de este humilde sacerdote, padre de ocho hijos, los crímenes y abusos que la dictadura imperial ejerció desde el poder del Estado y con la preciosa ayuda de su temible policía política, la Savak.

De todas maneras, el cumplimiento de la sentencia no va a ser fácil tarea para los modernos kamikazes musulmanes, dispuestos a todo en su fanatismo. El sha y los suyos viajan con el bunker puesto, rodeados de una escolta de guardianes personales, más los que aportan, generosos, los Gobiernos de los países que aún se atreven a acoger en sus territorios a tan ilustres y molestos invitados, que, entre otras cosas, llevan consigo el bloqueo del petróleo iraní para quienes les den residencia. El corte del suministro del oro negro persa, que dio al sha una fortuna próxima a los 4.000 millones de dólares que, sumados a susjoyas y obras de arte, constituyen una opipara fortuna hoy a buen recaudo.

El comando islámico cuenta también, aparte de la férrea protección del escuadrón de gorilas y de guardianes estatales, con un problema logístico: ¿a dónde va el sha? Al parecer, ni él mismo lo sabe. Desde su salida del palacio Niavarán, de Teherán, el 16 de enero, entre lágrimas de sus fieles generales, luego ejecutados, y grítos entusiastas de las huestes multitudinarias de Jomeini -Chaj Paft!, ¡El sha se fue! »-, el emperador destronado ha visitado ya cuatro países (Egipto, Marruecos, las Bahamas y México) y ha recibido no pocos ruegos de «no nos visite» de primeras naciones occidentales, temerosas de la ira petrolífera de Jomeini, y antiguas anfitrionas de las largas y lujosas vacaciones imperiales de antaño.

¿Volverá la familia Reza Palileve por donde solía? Ocho mansiones de lujo, que se sepa, son de su propiedad y, en teoría, podrían ser ocupadas por los ricos viajantes: residencia de invierno en Saint-Moritz (Francia), con dieciocho habitaciones; casa de verano en Palma de Mallorca, con cuarenta dependencias; cinco bungalows en Acapulco (México); finca de campo en Guildford (Gran Bretaña), con parque y una veintena de habitaciones; apartamento en Nueva York de cerca de mil metros cuadrados; residencia en Los Angeles (EEUU); casa de verano en Jean-Les-Pins, en la Costa Azul, y casa de campo en Offenburg (Alemania Federal).

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