Teléfonos sin hilos y cabinas indestructibles
Teléfonos para el uso público prácticamente imposibles de ser saqueados; aparatos sin hilos que podrán andar sueltos por las habitaciones de nuestros domicilios, y redes de información telefónica, conectadas a los televisores de casa, que nos lo podrán contar casi todo, constituyen algunas de las novedades espectaculares que van a cambiar la idea y sentido de la comunicación telefónica en la España de los próximos años.
El futuro empieza por reparar el presente: independientemente de lo que creadores y promotores de la comunicación telefónica sueñan para mañana, el ciudadano de grandes ciudades, como Madrid, está preocupado y molesto por la real incomunicación a que se ven sometidos los viandantes cuando intentan telefonear a algún amigo o familiar desde la calle y no tienen la fortuna de dar con alguna cabina que esté en condiciones. Usar el teléfono está bien.... pero cuando funciona. ¿Qué hace la Telefónica al respecto? ¿Quién saquea y destroza las cabinas?Hay quien considera que las medidas a tomar debieran ser de orden público, algo así como colocar un número de la policía en cada cabina, pero las soluciones que se están pensando son más bien de tipo técnico. Investigadores del comportamiento han revelado que la totalidad de los destrozos de cabinas no responde a una intención de saqueo; vemos constantemente cabinas con los cables o micrófonos arrancados, y es poco el beneficio que obtendrán con ello los ladrones.
Una idea de avanzada tecnología electrónica, en estudio en numerosos países pero no implantada en casi ninguno, es la de instalar cabinas telefónicas en las que no va a ser necesario pagar con dinero. Una tarjeta especial de crédito será la que lleve el cómputo de la cantidad de presupuesto que destinamos a hablar desde la calle. La habitual petición de un duro, unas pesetas o un par de fichas en los lavabos o guardarropas de sitios públicos sería sustituida por nuestra petición de crédito a la Telefónica para conversar desde la calle. El modo según el cual este gasto será computado se está investigando según dos líneas: una de ellas considera la posibilidad de que algo en la tarjeta de crédíto telefónico que va a ser creada experimente desgaste. El ciudadano que desee hablar desde cabinas recibiría una tarjeta con cierto cupo de pasos, que pagaría por adelantado algo así como el bono-bus-. Posteriormente, cada vez que emplease el servicio, su tarjeta iría perdiendo estas posibilidades. Pero frente a esta mecánica de tarjeta con elementos de desgaste se investiga preferentemente la posibilidad de establecer tarjetas de identificación magnética. En este caso sí que estaríamos ante una auténtica tarjeta de crédito telefónico.
Una de las novedades telefónicas que vamos a poder disfrutar, aún no se sabe a qué costo, en nuestros domicilios es la modalidad de aparatos sin hilo. Actualmente, la Telefónica ha construido dos ejemplares de esta cómoda modalidad telefónica. Usted podrá ahorrarse todo ese engorro de los supletorios, los cables o las indiscreciones de la familia. Una vez instalada la línea en su domicilio, ésta conecta, a través de un pequeño emisor, con el aparato telefónico propiamente dicho, que es el que anda suelto por toda la casa, sin hilos. Puede usted conversar andando por el pasillo, llevándoselo a la cama, al cuarto de baño o incluso al portal de su casa, puesto que su radio de independencia es de algunos centenares de metros. Actualmente existen dos ejemplares de esta novedad tecnológica, de construcción totalmente nacional. Uno de ellos se lo ha quedado la Telefónica, y el otro, tras sernos contada su existencia a un reducido grupo de informadores, se lo consiguió rápidamente el rey don Juan Carlos. La verdad es que quien escribe estas líneas ha visto teléfonos similares de fabricación no española en algunos domicilios, pero su circulación es ilegal. El único legal es el don Juan Carlos y el de la Telefónica. En vista del éxito, van a ser fabricados inmediatamente varios centenares de aparatos de este tipo, aunque aún no se ha fijado lo que va a costar el abono mensual al teléfono sin hilos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.