China estudia la última propuesta negociadora soviética
Fuentes oficiales chinas rehusaron ayer comentar la comunicación soviética, remitida anteayer por Gromiko al encargado de los Asuntos de China en Moscú, y se limitaron a decir que ese documento estaba «en estudio».En los medios diplomáticos, la nota soviética se ha juzgado como positiva por varias razones. La más destacada es que la nota lleva un párrafo inédito en los comunicados de Moscú a Pekín condenando toda política «de hegemonismo» y sugiere que las dos partes «acuerden no reconocer las pretensiones de cualquiera en los derechos especiales o la hegemonía en los asuntos del mundo».
Se conoce la constancia de la propaganda china en denunciar lo que llama «el hegemonismo soviético». La interpretación más extendida es que la URSS quiere apartar ese obstáculo suscribiendo literalmente en las palabras y en el plano de los principios la tesis china. El futuro demostrará el rumbo de los hechos, pero se piensa inevitablemente en el precedente del comunicado de Shanghai, que, en 1972, sentó las bases de las relaciones chino-americanas. Estados Unidos consintió también entonces en declarar conjuntamente con China que «ni los unos ni los otros» (las dos partes) debían buscar el establecimiento de una hegemonía en la región de Asia y del Pacífico, y que cada una era «opuesta a los esfuerzos de otro país o grupo de países para establecer tal hegemonía».
La misma cláusula «antihegegemónica» figura en el tratado chino-japonés del año pasado. Que las futuras conversaciones chino-soviéticas comiencen a tomar forma refiriéndose a este género de modelos incita a pensar que por una parte u otra hay al menos una voluntad real de negociar, si no de conseguir un resultado. Una segunda observación en este mismo sentido la nota no hace mención de los problemas fronterizos. La primera concesión en este terreno vino de parte china, que, en sus comunicados precedentes, se abstuvo de evocar la existencia de «zonas contestadas». Hace un año, la URSS recalcaba que «uno de los principios básicos para negociaciones constructivas entre los dos países debe ser el reconocimiento de las fronteras existentes».
De manera general, la nota soviética se interpreta en Pekín como conducente a una negociación en lo esencial; es decir, sobre las normas de las relaciones entre los dos países, los demás problemas quedarían relegados a un segundo plano. Quizá sea necesario interpretar como un signo favorable a este respecto el hecho de que la delegación china en las negociaciones comerciales anuales haya abandonado Pekín hacia Moscú.
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