Pedro Schwartz insiste en la necesidad de liberalizar la economía española

El catedrático Pedro Schwartz, director del Instituto de Economía de Mercado y miembro español de la comisión trilateral, presentó ayer a la prensa en Madrid la última declaración del Comité Paralelo de Política Económica para Europa, al que acaba de incorporarse como primer miembro español, en la reunión celebrada en París del 26 al 28 de mayo.Este comité, formado desde hace tres años por una serie de profesores especialistas en macroeconomía y política monetaria de diversos países, pretende funcionar como su homólogo norteamericano, el Shadow Open Market Policy Committee, para seguir las políticas de la OCDE (Organización de Cooperación y Desarrollo Económico), las cuales considera «altamente discutibles a veces».

La citada declaración se ocupa en primer lugar de Europa ante la crisis de 1980 y se manifiesta optimista ante la situación, si bien duda de que el nuevo Sistema Monetario Europeo pueda proporcionar estabilidad a los tipos de cambio, e indica que ésta debe ser precedida por la estabilidad de los precios internos. Para ello, propone o un sistema de tipos de cambio flotantes o que cada país ligue el valor de su divisa a la del país que persigue la estabilidad de precios.

Situación de España

Después de referirse a cada uno de los principales países europeos, la declaración señala sobre España, en síntesis, lo siguiente:

-Aunque la transición ha tenido éxito, el avance hacia la libertad económica y la estabilidad se ha revelado más lento. El futuro no será esperanzador si no se escuchan las recomendaciones del comité.

-Hay tres aspectos sobre los que la Administración española debe tomar medidas decisivas para liberalizar el marco de la actividad económica:

a) Reformas Financieras en tres puntos esenciales: estatuto del Banco de España, que lo haga independiente de la Administración,

y mandato para defender el valor interior y exterior de la peseta; abolición de los controles de cambios y liberalización de los mercados de capitales, y oferta de los bonos del Gobierno en un mercado libre de capitales.

b) Reformas en el mercado de trabajo: las restricciones habituales en el mercado de trabajo aumentan el paro y reducen la eficacia.

c) Reformas en los controles de precios, que deben eliminarse totalmente.

En lo relativo a política monetaria, se estima necesario el anuncio de una política monetaria para los próximos cuatro años, el carácter gradual de la misma y el objetivo de llegar a una «inflación cero». La política de crecimiento monetario debería llevarse a un 18% hacia finales de 1979, con lo que se alcanzaría un 19% de promedio anual, un 15% hacia finales de 1980, el 12% en 1981 y el 9% afines de 1982, ya con «inflación cero», pues un 7% correspondería al crecimiento del producto interior bruto y otro 2% a la reducción de la velocidad del dinero.