La junta del Banco Cantábrico aprobó los balances y pérdidas de 1977 y 1978

Ayer, en la localidad riojana de Calahorra, se celebró la junta general de accionistas del Banco Cantábrico, con una escasa asistencia de veinticinco accionistas. Esta entidad fue la primera que se integró en la Corporación Bancaria, hace un año, como única salida posible a su crisis. El presidente, Aristóbulo de Juan, leyó un extenso informe, en el que inicialmente se explicaban las medidas de auto de procesamiento que se habían dictado contra los anteriores miembros de la junta por delitos de apropiación.

El tema de aclaración de cuentas fue, sin duda, el punto más importante de la asamblea, ya que el ejercicio de 1977 quedó en suspenso de aprobación por la junta en la asamblea de dicho año, al producirse una serie de incidentes. Las pérdidas de 1977, a través de un detenido análisis, se han determinado en un total de 293 millones de pesetas. Por otra parte, en el estado de cuentas de 1978 también han persistido las pérdidas, alcanzando una cifra de 267 millones de pesetas, aproximadamente. Un accionist a llamuría más tarde la atención sobre el hecho de que estas pérdidas representaban más de los dos tercios del capital del banco.El señor De Juan trató de justificar los diversos motivos, de esta escasa diferencia entre las pérdidas de 1977 y 1978, destacando que los períodos comparados no eran homogéneos. Dijo que se había producido una pérdida en una primera mitad de la crisis de 1977 y otra en la primera mitad de recuperación de 1978. Asimismo, puntualizó que era muy importante la diferencia de criterios aplicados en estos dos ejercicios para el cobro especialmente de los clientes morosos. Dijo que en el ejercicio de 1978 no se habían contabilizado los intereses de los clientes morosos, lo que significaba no contabilizar cuatrocientos millones de pesetas, aproximadamente. Terminó explicando el señor De Juan que serán necesaríos un par de ejercicios para tener una recuperación.

Se destacó en la junta que aún no se podía hablar de intereses ni dividendos y que se analizaban las circunstancias para reanudar la cotización bursátil. Respecto a la situación de los morosos aún no se pueden hacer estimaciones, sobre la cuantía global de los saldos que; pueden ser recuperados. Estos deudores están representados por siete grupos de empresas y .algunos de los grupos están afectados hasta por veinte ejecutivos. Sobre ellos se ha procedido a realizar hipotecas, embargos, ejecutivos, querellas por falsedad y otras acciones. Explicó en el transcurso de la asamblea que algunos de los grupos adeudaban hasta quinientos millones de pesetas.

Uno de los accionistas preguntó al presidente la realidad sobre unos supuestos acuerdos entre el antiguo presidente del consejo del banco, señor Calle, y el Banco Cantábrico, realidad que fue desmentida y que en todo caso los únicos contactos que había con el señor Calle podrían ser los realizados por la empresa Relaciones Patrimoniales, SA, encargada del cobro de morosos y cuya misión era la de controlar que no aumentase el endeudamiento. La reunión finalizó con la aprobación de los ejercicios de 1977 y 1978.