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Duros enfrentamientos dialécticos en la reunión de la Comisión Permanente

La comparación de la política municipal de UCD con un folletín de Ama Rosa, hecha por el portavoz de los concejales socialistas y segundo teniente de Alcalde, Alonso Puerta, y una respuesta inmediata en forma de un sonoro puñetazo en su banquillo de concejal por parte de José Luis Alvarez, al tiempo que gritaba, entre los fuertes murmullos de otros concejales ucedistas: «Esto es una impertinencia intolerable», decidió al alcalde Enrique Tierno a levantar con un tono, asimismo violento, la sesión de la Comisión Permanente del Ayuntamiento, celebrada ayer.

De forma airada, muy lejos de las maneras de actuar y expresarse de Enrique Tierno, el alcalde afirmó, tajante, dirigiéndose a Alonso Puerta: «Tenga a bien cesar en el uso de la palabra». inmediatamente antes de dirigirse, igualmente en tono conminatorio, a José Luis Alvarez: «Y usted, tranquilícese», para culminar diciendo, al tiempo que golpeaba levemente sobre una carpeta abierta encima de su mesa: «Ni un momento más, se levanta la sesión.»Tras aprobar, apenas sin discusión, los 74 puntos del orden del día (no fue necesaria ninguna votación), la Comisión Permanente había entrado en el turno de ruegos y preguntas. Los ruegos y preguntas se habían referido al mantenimiento del carril bus en las calles de Velázquez y Menéndez Pelayo (Juan Torres, UCD), obras urbanas en la calle de Alberto Aguilera (Javier Soto, UCD), necesidad de ir hacia la creación de un cuerpo especial de gestión para facilitar y dinamizar el trabajo de los funcionarios municipales (José Luis Alvarez, UCD), soluciones a la difícil situación presupuestaria municipal (Joaquín Leguina, PSOE) y otras, la situación derivó, tras una intervención de Miguel Herrero de Miñón (que había llegado a la reunión en ese momento) en un verdadero debate político de fondo.

Herrero de Miñón, tras la lectura de un documento del subdecano en el que se decía que solamente había habido una resolución del informe del servicio contencioso jurídico, en tanto que la otra había sido un preinforme, se congratuló de que el documento viniera a darle la razón en su exposición de la anterior reunión, en la que había puesto en duda la palabra de Tierno.

Cristina Almeida (PCE) observó entonces, en tono duro, que, en otras palabras, la política que estaba siguiendo UCD era una política obstruccionista, de detalles nimios, que no daban una idea global del trabajo del Ayuntamiento y que, en todo caso, de cara a la prensa y a la opinión pública daban mala imagen y, por consiguiente, eran de muy mal estilo.

Herrero contestó a la concejala comunista dándole a entender que el PCE no aceptaba de buen grado que la oposición ucedista fuera constructiva, según sus palabras, y que su partido (el PCE) no parecía aceptar que estas cosas se hiciesen con luz, taquígrafos y prensa. a lo que Ramón Tamames contestó, en tono levemente airado, que el PCE representaba justamente todo lo contrario, entre otras cosas porque hasta que los representantes no habían sido elegidos por el pueblo los comunistas no habían aspirado a cargo alguno y que «si hubiera que examinar las estirpes democráticas, aviados estarían algunos de los que están sentados aquí».

Tierno intervino en ese momento para decir que no estaba dispuesto a admitir las ironías de unos concejales para con otros, y que la citada reunión se convirtiera en un debate político ya que, dijo, «aquí no se puede hacer más política que la de la eficacia», amenazando con retirar la palabra a los concejales que no cumplieran esos requisitos.

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Alvarez del Manzano hizo caso omiso de la advertencia, cuando tras añadir que UCD era la oposición, «no tenemos nada que presumir porque UCD ha hecho posible la transición y no se nos puede acusar de antidemócratas». Alonso Puerta tomó la palabra para acusar a UCD de falta de rigor y asegurar que la política que practicaba era de folletín, instante en que Tierno levantó la sesión.

Aprobados los 74 puntos del orden del día

Por lo demás, la sesión, que se inició con la petición del alcalde de guardar un minuto de silencio por las víctimas de los últimos atentados terroristas, apenas tuvo historia. Se aprobaron, sin votación, las 74 propuestas, entre despachos de oficio.Los únicos puntos que merecieron alguna discusión fueron: un primero, relativo a la proposición de aprobar una modificación con transferencias en el presupuesto de 1978, prorroga do a 1979, por un importe de nueve millones, invertidos en las fiestas de San Isidro, y otro, relativo a las obras del cuartel de Conde Duque. En el primero, Alvarez del Manzano acusó a socialistas v comunistas de haber hecho una malversación de fondos, de carácter formal, por haberse saltado aquéllos normas legales, lo que provocó una airada reacción de PSOE y PCE y una ligera retractación del concejal ucedista. En cuanto al segundo tema, provocado in directamente por una proposición de Barrionuevo de realizar mejoras en la Policía Municipal, el concejal de Obras y Ser vicios (Javier Angelina, PSOE), aseguró que no se llegaría a la construcción del tercer piso en el citado cuartel de Conde Duque, sino a la consolidación de las obras actuales, en contra de lo expuesto por Juan Torres (UCD), quien era partidario de llegar a un acuerdo con la Dirección General del Patrimonio para construir la tercera planta, y dotara la Policía Municipal.

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