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La apertura de fronteras egipcio-israelí es sólo un hecho simbólico

A pesar de la proclamación solemne de Begin, repetida el domingo en El Arish y Beersheva, la frontera egipcio-israelí no ha quedado totalmente abierta a los intercambios turísticos o de otro tipo entre israelíes y egipcios, como se había interpretado en un principio. Begin lo anunció textualmente, ciertamente, pero como ocurrió en El Cairo el pasado mes de abril, el presidente Sadat permaneció silencioso, sin desmentir o aprobar la proclamación del primer ministro israelí.

«La apertura de la frontera egipcio-israelí es un gesto simbólico, al igual que la inauguración de un corredor aéreo entre los dos países», el domingo lo inauguraron Sadat y Begin en el avión presidencial egipcio, «no tiene más valor que el de un símbolo. Antes de la apertura real de las fronteras, mucha agua tiene que correr por el Nilo y el Jordán, y serán necesarias largas y arduas conversaciones», declaró un funcionario egipcio del séquito de Sadat el pasado domingo en Beersheva.El ministro israelí de Asuntos Exteriores, Moshe Dayan, se encontrará próximamente (en el plazo de diez días) con su homólogo egipcio Butrus Ghali, para examinar la puesta en práctica del proceso de normalización entre los dos países, incluido el tema de la apertura de fronteras iniciada el domingo.

Por su parte, la señora Hibner, directora del Ministerio israelí del Interior, ha declarado que es necesario aún resolver «muchos problemas de orden práctico» antes de poder abordar los intercambios turísticos entre Israel y Egipto.

La sensación que se desprende de todo esto es que el presidente Sadat no estuviera dispuesto todavía a proclamar ante el mundo árabe que la normalización de relaciones con Israel ha comenzado.

De todas formas, los dos dirigentes hicieron el domingo verdaderos esfuerzos para mantener el clima de serenidad que conviene a este tipo de conversaciones - festejo - entrevista - carrera - El Arish -Beersheva - El Cairo y vuelta a Beersheva, en una especie de festival de la paz sin precedentes.

El primer ministro de Israel insistió -probablemente con la satisfacción de su ilustre invitado- en que la paz egipcio- israelí no es una paz separada, «sino un primer paso, importante paso, hacia una paz global». Insistió en su invitación al rey Hussein para que se una a las negociaciones sobre la autonomía de Gaza y Cisjordania, pero precisó que Egipto e Israel seguirían adelante incluso sin la presencia de los jordanos, para elaborar juntos las condiciones de una. «autonomía completa para los habitantes de Cisjordania y Gaza».

Nueva seguridad

El presidente Sadat señaló, en su discurso, la nueva amistad que nacía entre los dos pueblos. «Repito aquí», afirmó, «lo que dije en el Parlamento israelí (Knesseth), en noviembre de 1977, que nuestro deseo de paz es sincero. Pero, también es sincero nuestro deseo de recuperar nuestras tierras.» Añadió: «Ustedes no pueden construir su seguridad sobre los territorios de otros.» Polemizando con el presidente israelí Navon, que en un dis curso en árabe evocó el sacrificio de Israel devolviendo el Sinaí a Egipto, el presidente Sadat dijo: «Ustedes no me dan ninguna tierra. Es necesario abrir una nueva página sobre la amistad y el fin de la desconfianza mutua. Esa es la mejor base para su seguridad.»

También el domingo fue emocionante el encuentro de 51 inválidos de guerra egipcios con otros tantos israelíes, que se habían enfrentado en las guerras sucesivas. «Hoy es el día más feliz de mi vida», dijo un teniente israelí desde su silla de ruedas. «Por primera vez creo que mis hijos de doce y dieciséis años no irán probablemente nunca a la guerra.»

Presos en libertad

Por otra parte, el primer ministro Begin cumplió ayer una promesa hecha al presidente egipcio y ordenó la puesta en libertad de dieciséis presos árabes, acusados de delitos contra la seguridad del Estado.

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