La prensa libre
«( ... ) Una prensa de Estado en un régimen democrático es inviable, a menos que ese Estado haya perdido el rubor y no le importe nada. Concebir los Medios de Comunicación Social del Estado como una propiedad de los partidos políticos representados en el Parlamento no garantiza en absoluto la independencia informativa de esos medios, sino que se rendirán ante las presiones múltiples de cada uno de los grupos políticos más fuertes e influyentes. Y se convertirán en los portavoces de sus intereses, con lo cual la libertad informativa ( ... ) habría perdido su esencia al quedar incapacitado para ejercer la crítica frente al Gobierno y al poder político del Parlamento.(...) En el supuesto de que los partidos políticos decidieran comprar periódicos para uso de sus intereses, esa prensa adquirida se convertiría en prensa de partido. Es tan legal su existencia en un régimen democrático, pluralista y liberal, como la existencia de los periódicos de la iniciativa independiente. Luego la alternativa que queda (...) es esa: convertirse en prensa independiente, en periódico sostenido por el ejercicio empresarial de una iniciativa privada, o ser abiertamente el órgano informativo de un partido político. Mas no en un híbrido periodístico, concebido como servicio público, pero costeado por todos los españoles y al servicio de los grupos de interés político.
( ... ) No sólo sería descabellado "nacionalizar" la prensa del antiguo régimen, sino incluso pretender su regionalización. Sería lo mismo, pero con una diferencia: el periódico estaría costeado por los asturianos y puesto al servicio de aquellos partidos que dominaran en el Consejo Regional.
13 mayo
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