La nueva radio / y 2

Contra el denominado totalitarismo radiofónico, al lado de las emisoras de radio estatales y las exclusivamente comerciales, han nacido por todo el espectro magnético europeo, en menos de tres años, miles de radios alternativas, locales, vecinales, independientes, libres (2.500 en Italia), verdes o ecologistas, comunitarias. Minúsculos, pero poderosos, focos de radiodifusión que han convertido el transistor en un confesonario público y sin barreras. Una conspiración de las ondas, según los Gobiernos. Libertad de expresión para quienes enarbolan los textos constitucionales y exigen también la libertad de emisión. El poder, en la mayoría de los casos, contesta con la represión del monopolio, mientras los partidarios de la libertad de ondas acusan al monopolio de dictador y violador de la ley. Añaden que el monopolio es un mito. Francia, por ejemplo, autoriza que Radio Montecarlo, comercial, emita desde territorio francés, pero prohíbe las radios libres. España autoriza que Radio Liberty, de la CIA, emita desde Gerona, y cierra, último ejemplo, Onda Lliure. El problema legal para todos los magistrados de Europa está en dirimir el por qué son piratas las radios libres.Los Gobiernos no podían ser indiferentes a esta nueva radio que ha forzado a extender el servicio público a dimensiones locales y comunitarias. Holde Lhoest, de la Radiodifusión belga de habla francesa, difundió en el último Rencontre de Torremolinos un importante estudio que fue objeto de un simposio celebrado en Lieja y organizado por el Consejo de Europa: «medios comunitarios», o la radio local, la televisión por cable y el video ligero que ofrecen la posibilidad de una participación activa a pequeñas comunidades. Medios comunitarios por oposición a los medios de masa, con una cuarta función, la de comunicarse, más allá de las tres tradicionales de informar, educar y entretener. Una tercera cultura, basada en la intervención directa y activa sobre los medios de expresión colectiva a través de la imagen y sonido y al margen de la cultura de élite o cultura de masas. El estudio presentado por la señora Lhoest pone de manifiesto la doble tendencia en la radio actual: la descentralización de las radiotelevisiones tradicionales y las iniciativas espontáneas y autónomas. Se impone una nueva organización institucional, técnica y profesional de los medios comunitarios, otra redistribución de frecuencias y el estudio de las disponibilidades del espectro hertziano (la liberación de las bandas será facilitada por los satélites europeos de raldiodifusión que ofrecerán cuatro canals de televisión y veinte de radio a cada país). De momento, las radios locales y comunitarias son, según el citado estudio, «la experiencia más interesante para una democratización de la radiotelevisión tradicional».