Felipe González reitera que el PSOE debe suprimir su definición marxista

El secretario general del PSOE, Felipe González, ha confirmado su criterio de que es conveniente retirar el término marxismo de la definición del partido, por no considerarlo «suficientemente comprensivo» de la base social que apoya al PSOE. Esta declaración, realizada diez días antes de la inauguración del XXVIII Congreso, ha suscitado distintas reacciones en medios socialistas -en su mayor parte de sorpresa-, mientras el vicepresidente segundo del Gobierno, Fernando Abril, se ha apresurado a manifestar su interés por la noticia.

La declaración de Felipe González fue realizada el pasado domingo en Gijón, en el curso de una conferencia de prensa, como respuesta a las preguntas de varios periodistas. El propio Felipe González confirmó ayer a EL PAÍS la exactitud de la misma, aunque matizando que, desde su punto de vista, el marxismo no debería ser el tema central de los debates del XXVIII Congreso. Ese lugar debería ser ocupado por la definición de la estrategia política, sindical, municipal y de autonomías, como objetivos esenciales de un congreso socialista en la hora actual. Asimismo, manifestó su deseo de no intervenir en «maniobras precongresuales» y de limitarse a hacer una llamada a la responsabilidad de los congresistas.Esta declaración, realizada diez días antes de la inauguración del XXVIII Congreso, coincide con la constatación de que la gran mayoría de las ponencias políticas presentadas por las agrupaciones de base se declaran marxistas, lo cual abre la perspectiva de una posible confrontación ideológica interna, probablemente como pantalla o iceberg de otros problemas de fondo referidos a la concepción del partido.

Uno de los dirigentes socialistas que defienden las posl ciones marxistas, Luis Gómez Llorente, ha declarado a su vez que ni siquiera razones de oportunidad justifican el intento de eliminar el marxismo entre los pensamientos básicos del partido, porque su supresión no traerá la fuerza electoral ni la estabilidad parlamentana que podría permitir al PSOE llevar a cabo sus planteamientos desde las instituciones, mientras se corre el serio peligro de beneficiar al Partido Comunista «con un gesto que la clase trabajadora puede interpretar como una desviación a la derecha».

En cuanto al vicepresidente Abril, ha declarado a Europa Press: «Parece que el PSOE está asumiendo la realidad social española -al menos así caben ser interpretadas las recientes manifestaciones de su secretario general- y que se prepara para luchar por el espacio progresista y moderacto que ha propiciado la política de UCD.» Página 15