Del Álamo, un modesto, ganó la etapa reina en solitario
La etapa reina de la Vuelta 79 fue ganada por un corredor, modesto, especialista en escapadas en solitario, López del Alamo, que cubrió 142 kilómetros fuera del pelotón de los 180 de que constaba la decimotercera etapa, Haro-Peña Cabarga, con la llegada en esta cuesta cercana a Santander.
La jornada no sirvió para decidir la carrera, pero sí para realizar la selección de los mejores. Zoetemelk recuperó el maillot amarillo, pero su compañero de equipo Levavasseur, líder hasta ayer, aún se mantiene segundo de la general, por delante de los españoles Yáñez -la gran revelación-, Esparza y Galdos. El belga del Kas Van Impe, segundo en la etapa, al fin cumplió, y decepcionó, en cambio, otro de los favoritos, Pollentier.López del Álamo, carnicero de Colmenar Viejo en su vida al margen del deporte, con veintinueve años y uno de los corredores modestos que hace dos años debió ser reclasificado como aficionado, al no poder meterse en ninguno de los equipos existentes entonces, dio la gran sorpresa de la jornada. Después de catorce años de ciclismo sin apenas éxitos, esta temporada, con el equipo que ha formado Fernando Manzaneque, ya había conseguido dos triunfos más, un crilerium en Pamplona y la última etapa, precisamente, de la última Vuelta a Cantabria. También en la Vuelta a Levante había intentado dos escapadas no coronadas por el éxito. Del Alamo es el clásico corredor fuerte para ese tipo de ciclismo. que lógicamente sólo funciona si el pelotón sestea demasiado en su persecución.
La máxima ventaja de López del Álamo en la etapa llegó a ser de 11-13. Estuvo a punto de ser cazado en dos ocasiones, pero la fortuna le acompañó. En el control de avituallamiento el pelotón se tomó un respiro y así la ventaja del escapado aumentó. Más adelante tuvo que detenerse en un paso a nivel durante 2-57 hasta que pasara el tren y, según es reglamentarlo, el director de carrera también tuvo retenido al pelotón el mismo tiempo. La parada, curiosamente, también benefició al escapado, pues el pelotón no reanudó la marcha con la fuerza que tenía anteriormente y Del Álamo tuvo así tiempo de recuperar fuerzas. La lucha de un hombre solo contra un pelotón, o incluso contra un equipo entero que intenta tirar en su caza, siempre tiene todas las de perder.
Ya en la subida de Peña Cabarga, después que el corredor de Colmenar ganase los puertos de Sia y Alisas, de segunda y primera categoría, la lucha se planteó entre los más fuertes. Felipe Yáñez, el ganador en sierra Nevada y gran revelación de la carrera, ya líder firme de la montaña al hundirse Viejo, dio varios tirones para romper el paquete de corredores, aunque con la intención exclusiva de descolgar al líder Levavasseur, pues Zoetemelk parecía lógico que iba a resistir. En efecto, el líder del equipo Miko y gran favorito de la carrera estuvo siempre en cabeza y la sorpresa residió en que el hombre de paja francés, que ha sido líder durante bastantes días, se comportó con bastante entidad.
Agradable sorpresa para el Kas, por otro lado, fue la buena etapa hecha por Van Impe, que se mostró al fin como el gran corredor que es La Vuelta, aun con dominio de Zoetemelk, aún está sin decidir en gran parte.
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