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El PSOE adoptará un programa de defensa "independiente" y más profesionalizado

El PSOE propugnará un sistema defensivo independiente, «total y genuinamente español», de acuerdo con la propuesta de programa de defensa que el comité federal del Partido Socialista presentará al XXVIII Congreso del mismo. Además de oponerse a la entrada de España en la OTAN, la propuesta incluye la obligatoriedad de estudios universitarios para los futuros oficiales, la consideración de la antigüedad sólo como una cualidad más para ascender, y la posibilidad de acceso de la mujer a todos los cuerpos y armas. El carácter oficioso de este texto y la práctica inexistencia de otras alternativas, permite prever su aprobación.

La organización de la Defensa -que debe dirigir «el poder civil emanado del pueblo soberano» ha de estructurarse, según la propuesta citada, en base a que aquélla sea altamente eficaz y operativa, y a que cumpla los objetivos estratégicos y tácticos fijados democráticamente, lo cual «no es compatible con una organización marcadamente territorial de Fuerzas Armadas, y menos si ésta lleva implicaciones políticas que en una democracia son de competencia exclusivamente civil». En base a ello, el PSOE se opone a la actual organización en capitanías generales y en gobiernos militares provinciales.Según el mencionado texto, el Ejército de Tierra ha de estructurarse en fuerzas operativas de intervención y fuerzas de defensa del territorio. Las unidades de tipo regimiento, pertenecientes a una gran unidad, deben ser concentradas en bases únicas fuera de las ciudades, y la ubicación de las grandes unidades «deberá hacerse en función del plan estratégico, y nunca en función de miras políticas internas». Por otra parte, se anuncia que este partido «abogará por la transformación de las unidades que en la actualidad existen, fruto de una herencia colonial, en unidades de choque homologadas en el resto de la fuerza de intervención».

En cuanto a las fuerzas de defensa del territorio, estarán constituidas por pequeñas unidades distribuidas por todo el territorio nacional, dotadas con armas portátiles y personales. «Estas unidades habrán de ser auténticas escuelas de formación para la defensa del pueblo español.»

Por lo que se refiere a las Fuerzas Navales, la citada propuesta pone el acento en la necesidad de dotación de submarinos -«cualquier programa naval debe dar prioridad a este tipo de unidad» y se establece una organización de la Fuerza Aérea sensiblemente parecida a la actual; pero en lo referido a las redes de alerta y control aéreo se critica al actual SADA (sistema automático de defensa aérea), por no cubrir la totalidad del espacio aéreo y haberse empleado de acuerdo a una filosofía atlántica, «por lo que proponemos mejorarlo y cambiar su utilización hacia objetivos puramente nacionales».

El documento mencionado prevé también un fuerte impulso a «la industria militar española en áreas punta, capaz de servir de base para lograr un alto grado de autoabastecimiento a largo plazo». Toda la industria militar que lleve a cabo la elaboración final de armamentos y determinado material de guerra «deberá pertenecer al sector público y su gestión deberá ser llevada con arreglo a las más modernas técnicas al uso en el ámbito empresarial», y se establece que el comercio de armas «debe hacerse de Gobierno a Gobierno, con los correspondientes controles parlamentarios».

Acceso de la mujer a las Fuerzas Armadas

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Un extenso capítulo del documento mencionado se refiere a la enseñanza militar. Se diseña en el mismo un sistema según el cual los aspirantes a academias militares superiores han de estar en posesión de un diploma de tres años en universidades o escuelas técnicas civiles; los futuros mandos cursarán dos años de estudios militares y obtendrán el empleo de oficial en prácticas, y desde esa situación deben optar entre encarrilarse hacia las distintas armas y unidades o volver a la vida civil. En cuanto a los suboficiales, han de iniciar su formación en las mismas academias que el oficial, tras haber finalizado los estudios de bachillerato o una educación profesional equivalente, y disponer de facilidades para su acceso a la oficialidad.«La valía en el mando, la amplitud en los conocimientos y la actitud profesional -dice el texto- deben ser los valores prioritarios que vayan perfilando al oficial, al jefe y al general, en unos escalafones ágiles, donde la antigüedad debe ser tan sólo una cualidad más para ascender. De esta forma, nuestras Fuerzas Armadas tendrán mandos rejuvenecidos, técnicamente valiosos y perfectamente enmarcados en la sociedad civil.»

Por último, el PSOE adoptaría como programa la posibilidad de que la mujer acceda a los cuerpos y armas existentes, si lo desea, en las mismas condiciones que el hombre; aunque «es de sentido común -añade a renglón seguido- que su incorporación a las Fuerzas Armadas debe seguir un proceso gradual».

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