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Villeneuve, el más rápido de los primeros entrenamientos oficiales

Con un enorme retraso, debido a las pretensiones de última hora por parte de los pilotos, dieron comienzo ayer los primeros entrenamientos oficiales de cara al Gran Premio de España, que se disputa mañana. El canadiense Gilles Villeneuve, líder actuar de¡ Campeonato de¡ Mundo, demostró ser el hombre más rápido en esta primera sesión. Su compañero de equipo en Ferrari, Scheckter, logró el segundo mejor tiempo, por delante de los Ligier -Laffite y Depailler- y de los Lotus -Reutemann y Andretti

.La sesión de entrenamientos dio comienzo con un retraso de dos horas. Justamente cuando tenían que comenzar, un grupo de pilotos, formado por Lauda, Hunt y Scheckter, reclamaron la presencia de un helicóptero como medida de seguridad. Por más que se les dijo que las normas internacionales no exigen la presencia del helicóptero hasta la próxima temporada y que la base de los mismos está sólo a tres minutos del Jarama, los pilotos dijeron que no comenzarían a rodar hasta que el citado helicóptero no hubiese llegado. Hubo, pues, que esperar su llegada.

Pero, debido al fuerte viento reinante, el piloto del helicóptero se negó a realizar un aterrizaje, que requería un riesgo innecesario, cuando en esos tres minutos, no uno, sino varios helicópteros, pueden estar en el circuito en caso de un accidente en que se requiera el traslado de heridos. Dijeron entonces los pilotos que querían comprobar cuánto tardaba una ambulancia en llegar hasta la Ciudad Sanitaria La Paz. El tiempo invertido, once minutos, parece que terminó por convencer a los cada día más exigentes pilotos, y después de hacer un minucioso examen de todas y cada una de las ambulancias, y de las dotaciones del equipo médico de las mismas, se procedió a dar comienzo a la primera sesión de entrenamientos. Se habían perdido dos horas de tiempo, que los espectadores, prensa y organizadores tuvieron que soportar, ante las demandas de los pilotos.

Lo curioso de este caso es que Bernie Ecclestone, el hombre que controla todo el tinglado de la fórmula 1, era partidario de que los pilotos corriesen, pero éstos se negaron en redondo. Ante unas reclamaciones en materia de seguridad, que pueden parecer justificables por más que desmedidas -la seguridad debe ser el objetivo primordial-, la pregunta que cualquiera puede hacerse es que ¿por qué no se procedió a estas reclamaciones antes de que fuese la hora de comienzo de los entrenamientos?

Villeneuve y Ferrari, siempre los más rápidos

En esta primera sesión, en la que los tiempos logrados no podían ser muy buenos, por culpa del fuerte viento reinante, que dificultaba notablemente la acción de los pilotos -una ráfaga podía variar la trayectoria en una curva y provocar un accidente-, Villeneuve demostró ser el hombre más rápido y el que lucha con más ahínco por lograr rebajar, vuelta a vuelta, sus tiempos. La fe y las ansias de triunfo del diminuto canadiense tuvieron su contrapartida en el cronómetro y el líder de la clasificación del Campeonato del Mundo se erigió, una vez más, en el piloto más veloz de esta primera sesión.

Pese a que la tradición dice que nadie gana tres carreras seguidas del mundial de fórmula I, e incluso los propios técnicos de la Ferrari piensan algo similar -la superstición posee grandes enteros en la competición del motor-, Villeneuve quiere luchar contra su sino y trata de vencer a toda costa. Su carácter, tremendamente frío, y su ambición de llegar al máximo hacen que este joven y nada engreído canadiense esté empeñado en ganar a toda costa.

Tras el canadiense, una vez más, su compañero de equipo -teórico líder del mismo-, el surafricano Jody Scheckter. Y por detrás de estos, los dos hombres del equipo Ligier, Laffite y Depailler, también en orden- inverso al que teóricamente ocupan en el seno de su equipo. E inmediatamente detrás los dos hombres de Lotus, Reutemann y Andretti, este último tratando de poner a punto el Lotus 80

A la vista de esta primera sesión de entrenam ientos oficiales, parece evidente que el Gran Premio de España, más emocionante y apasionante que nunca, debe centrarse en una lucha entre los hombres de Ferrari y los de Ligier, con los de Lotus como posibles árbitros.

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