_
_
_
_

Samaranch en el comité ejecutivo del COI

El pleno del Comité Olímpico Internacional, que se encuentra reunido en Carrasco, cerca de la capital uruguaya, desde el jueves, adoptó ayer importantes resoluciones. El cónclave, en el que participan los delegados del COI en cada país, y no los representantes de los comités olímpicos nacionales, como muchos creen, eligió ayer para el importante cargo de vicepresidente a Masaji Kiyokawa, de Japón, y a Juan Antonio Samaranch (España) y a Alexandru Siperco (Rumania) como miembros de la comisión ejecutiva, por cuatro años y un año, respectivamente. El actual embajador español en la Unión Soviética, que posee el apoyo del bloque iberoamericano y asiático, mantiene intactas sus posibilidades de ser nominado para la presidencia del organismo olímpico el año próximo, cuando se retire lord Killanin.Samaranch, que ya era vicepresidente del COI, da, con su entrada en el comíté ejecutivo, un paso más hacia la presidencia del máximo organismo olímpico. Lord Killanin no se presentará a la reelección en Moscú, en 1980. El japonés Kiyokawa fue apoyado en la votación de ayer por el bloque iberoamericano, a condición de que se comprometa a reunir los votos asiáticos para el dirigente español.

Los comités organizadores de los Juegos Olímpicos de Invierno (Lake Placid, Estados Unidos) y de Verano (Moscú, URSS) recibieron la aprobación del pleno a sus proyectos. Primero fue el turno de los norteamericanos, quienes informaron que 1.854 competidores tomarán parte en los juegos sobre nieve y que las solicitudes de acreditación periodística los desbordaban. Ayer, la prensa internacional, reunida en Montevideo, tuvo oportunidad de presenciar una película acerca de los preparativos para Moscú-1980. El asombro se apoderó de los periodistas.

El problema chino, aún sin solución

En cuanto al problema chino, hasta la media tarde de ayer nada había decidido el pleno, que recibió en sesión a las delegaciones de China Popular y Taiwan. Todo son conjeturas sobre la resolución -si es que la hay en Montevideo-, que puede dejar huellas en la unidad olímpica. Están en juego los informes de los enviados del COI a Pekín y de las Naciones Unidas. Mientras los deportistas de Taiwan apelan al dictamen de la corte de justicia inglesa, ante la expulsión de su representación de la asociación atlética internacional («No hay derecho a expulsar si no se cometió infracción alguna» y «no hay nada que indique que debe haber una sola China»), Pekín responde anunciando que tiene intenciones de postularse para los Juegos Olímpicos de 1988, e incluso arriesga el nombre de la sede: «Podría ser Shanghal o Pekín ... »De cualquier forma, la posición de China perdió fuerza al leerse el informe de Lance Cross (Nueva Zelanda) y Antonny Brldge emisarios del COI al país. En él desaconsejan la readmisión por el fin político del deporte chino, que está controlado por el Estado y no es un cuerpo independiente como requieren los términos de la carta del COI. Según Cross y Bridge, esto contrasta con el olimpismo de Taiwan. Evidentemente este planteamiento sorprendió, pues la planificación china es la misma de los países del Este europeo, perfectamente admitidos en el movimiento olímpico. Quizá la crisis, se ha comentado aquí, resida en el propio olimpismo.

Por otra parte, en momentos que China acaba de denunciar el pacto de amistad con la URSS, el delegado soviético y viceprimer ministro, Ignatl Novikov, presidente del comité organizador de los próximos Juegos de Moscú, que estará el martes en Madrid para ofrecer una conferencia de prensa, dejó entrever que dentro de la neutralidad soviética en el tema, la URSS no es favorable «anímicamente» a su vuelta.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_