El socialismo francés decide su línea política

Un año después del «histórico» fracaso de la Unión de la Izquierda en los comicios legislativos de marzo y tras un año de guerra civil entre los dos protagonistas de aquella alianza, ha llegado la hora del autochequeo: el Partido Socialista francés inicia hoy su congreso nacional, en la ciudad de Metz, para renovar su dirección y elaborar una línea política que les servirá de ley a las cuatro corrientes que, no sin dificultades, cohabitan en su seno.En este contexto, el Congreso de Metz decidirá la línea política del PS para los dos próximos años. Cuatro mociones principales o programas políticos posibles, concurren a las discusiones del congreso: la del primer secretario, François Mitterrand, la del CERES (ala izquierdista del partido), y las de los dos dirigentes nacionales, Michel Rocard y Pierre Mauroy. Tras el voto de los militantes en las federaciones de todo el país, estas mociones recogieron el porcentaje que sigue: el 40%, Mitterrand; el 20%, Rocard; el 14%, el CERES, y el 13%, Mauroy.

Duelo en la cabeza

En la práctica, el debate de este congreso se centrará en un gigantesco duelo entre el actual primer secretario, señor Mitterrand, y el hombre que encarna la «nueva izquierda» francesa, Michel Rocard; en cierta medida la guerra de Metz se convertirá en el despliegue dialéctico de lo que ya había anunciado en el Congreso de Nantes, hace dos años, el señor Rocard: «En Francia existen dos culturas socialistas, una jacobina y centralizadora y, la otra, descentralizadora y autogestionaria.»A la luz de este enunciado se ventilarán los cuatro problemas actuales de fondo, para el PS, para la izquierda y, en definitiva, para la sociedad francesa: la cuestión de la alianza con el PC, la construcción europea, la política económica de los tiempos de crisis en una sociedad capitalista desarrollada y, por fin, el funcionamiento interno del partido.