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Borzov, veterano recurso de la URSS para los Juegos de Moscú

Valery Borzov, doble medalla de oro en cien y doscientos metros en los Juegos Olímpicos de Munich de 1972, bronce en el hectómetro de Montreal 1976, y todavía recordman europeo en las dos distancias con 10-00 -manuales- y 10-07 y 20-00 -eléctricos-, ha confirmado su participación en los próximos Juegos de Moscú. Aunque se especulaba con su retirada, superado su nivel por hastantes atletas tras su cénit en 1972, quiere ser la gran esperanza atlética de la URSS en sus Juegos Olímpicos. El país organizador trata de recuperarle como una de las bazas importantes para que al éxito de organización se sume el competitivo.

«Confirmo mi decisión de participar en los Juegos Olímpicos. Pondré a prueba mi preparación este mismo verano en la Espartaquiada de los pueblos de la URSS. » Con estas palabras recogidas por la agencia de noticias soviética Novosti, Valery Borzov disipó las dudas que se tenían desde hace tiempo sobre su continuidad en el atletismo y más aún sobre su participación en Moscú. Los últimos resultados del que fue doble campeón olímpico en las pruebas de velocidad de los Juegos de Munich, en 1972, y apareció como la «gran esperanza blanca» ante lossucesivos triunfos de los atletas de color norteamericanos en Tokio, Bob Hayes (1964), y México, Jim Hines (1968), dieron la impresión de que su carrera estaba acabada. Borzov, nacido en Kiev hace veintinueve años, se casó en 1978 con Ludmila Touritcheva, también campeona olímpica de gimnasia y «retirada» por la aparición de figuras jóvenes en la nueva gimnasia mundial, como Nadia Comaneci y sus compatriotas soviéticas Filatova o Shaposchnikova. Unidos los discretos resultados de Borzov al abandono de su mujer, ahora entrenadora, pareció que él llevaría el mismo camino. Pero no ha sido así.En la temporada pasada Borzov sólo fue octavo y último de la final en los cien metros de los Campeonatos de Europa de Praga, con 10-55. En 1978 ni siquiera estuvo entre los veinticinco mejores velocistas mundiales, con una mejor marca de 10-50 y sólo cuarto soviético. Al margen de su posible declive, la razón de su mala temporada estuvo en una lesión en el tendón de Aquiles, quizá la más grave para un deportista. Los atletas raramente se recuperan para la práctica deportiva, aunque haya excepciones: por ejemplo, Viktor Saneev, tres veces campeón olímpico en triple salto, que sufrió una operación análoga en otoño de 1977 y un año después, en los Europeos de Praga, ganó la medalla de plata.

Borzov cursa actualmente estudios de posgraduado en el Instituto de Educación Física de Kiev. Está a punto de concluir una tesis con la que aspira a conseguir el grado científico de candidato a doctor en pedagogía. Dicha tesis está relacionada con la técnica de salidas en posición del cuerpo más agachado de lo normal -el centro de gravedad- para aprovechar así mejor la potencia. Atletas de gran corpulencia, como Borzov o el alemán democrático Eugen Ray, segundo en Praga tras Nennea, la utilizan. El atleta soviético, basándose en su propia experiencia práctica y en numerosos experimentos teóricos de laboratorio, trata de crear lo que él mismo califica como «modelo óptimo en la postura de salida». Unicamente le falta ahora, cara a Moscú, aplicar lo mejor posible unas teorías que sin tanto estudio, sólo con su gran planta -1,80, 81 kilos- le llevaron hace años al éxito. Borzov ha ganado seis medallas de oro en los europeos de pista cubierta -sesenta metros- y antes de los Juegos de Munich igualó ya en 1969 el récord europeo de cien metros, en posesión de Hary y Bambuck,con diez segundos, y ganó los europeos al aire libre de ese año (Atenas) y 1971 (Helsinki).

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