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Denuncian el montaje de los Milagros de San Arpino

Juan Arias

En una carta dirigida al papa Juan Pablo II, un sacerdote y numerosos jóvenes de San Arpino denuncian, «indignados y llenos de vergüenza», lo que está sucediendo en la localidad napolitana donde, desde hace unas semanas, como ya informó EL PAIS, han comenzado a llorar lágrimas de sangre un Niño Jesús de yeso y varias imágenes más, entre ellas un crucifijo.

El hecho se había realizado a los pocos días de que en Nápoles el famoso San Genaro no había querido hacer el milagro de la licuefacción de la sangre a pesar de haberlo pedido solemnemente el cardenal Ursi en la catedral, en una liturgia de oración por los niños que en Nápoles siguen muriendo «misteriosamente». En aquella ocasión, el cardenal Ursi habia achacado este «castigo» de Dios al aumento de los abortos en toda Italia.Los periódicos habían ironizado sobre el hecho escribiendo que ante el estado de injusticia social de la capital napolitana «hasta San Genaro se había ya cansado». Pero el milagro de San Arpino, con las imágenes que empezaron a llorar sangre, enfervorizó a los napolitanos, que empezaron a correr en peregrinación hasta el pequeño pueblo, famoso porque en él «ha habido siempre demasiados ateos y comunistas», como había afirmado el párroco. Se habló de «venganza del cardenal». Se habló de milagro y de embrollo. El alcalde, socialista. afirmó que el verdadero milagro era que, por fin, se empezaba a hablar en Roma de aquel pueblo, «siempre abandonado y pobre».

Ahora, estos jóvenes católicos y uno de los sacerdotes denuncian ante el Papa lo que ellos llaman «prácticas medievales», «simonía» y «sospechosa idolatría». En la carta-telegrama a Juan Pablo II publicada ayer por los medios de información, lo más grave que dicen estos jóvenes se encierra en estas palabras: «Sacerdotes y responsables afirman expresamente. que aun en el caso de que se haya tratado de un embrollo es mejor que no se sepa, porque podrían saltar sobre el tapete responsabilidades desagradables, porque derivaría en escándalo para la Iglesia y porque en el peor de los casos el engaño ha servido par a aumentar la fe.» Y los jóvenes añaden que en este caso lo más grave es la ofensa a la verdad y que todo este tinglado sólo acarreará «grave escándalo a toda la Iglesia de Cristo y crisis en muchas conciencias rectas y honradas».

Por ahora no hay respuesta del Vaticano ni de la magistratura. Se ha sabido, sin embargo, que el análisis químico ha dado sólo como resultado que la sangre que han llorado el Niño Jesús de yeso y las demás imágenes es sangre humana muy común, del tipo Rh negativo, sin glóbulos blancos.

Mientras tanto, en el pueblo, los pequeños comerciantes ambulantes se hacen de oro vendiendo imágenes y algodones pasados por las «estatuas milagrosas».

La maniobra electoral del cielo

Los más preocupados son los comunistas. Ante el cariz que van tomando las cosas, se acuerdan de que en Italia, a la vista de elecciones políticas, suelen ocurrir estos milagros. Y no es que las lágrimas de las imágenes tengan que dar más votos a la democracia cristiana, robándoselos a los comunistas convencidos. Lo que ocurre es que hay en Italia cristianos de buena fe que han votado a la izquierda por razones sociales, y que, ante la ofensiva clerical, tienen cierto resquemor de conciencia. Y a esos sí que puede moverles al voto DC el milagro.El tema está revolviendo el panorama de la opinión, y hay muchos que piensan que, ante el peligro de que el Gobierno italiano caiga en manos laicas, «el cielo se está moviendo».

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