Alianza Popular aplaza hasta fin de año cualquier decisión fundamental

La junta nacional de Alianza Popular ha optado por abrir un compás de espera y tratar de mantener la situación actual del partido, tras la retirada de Manuel Fraga como secretario general del mismo. La decisión más importante, tras la reunión que la junta mantuvo ayer, se concreta en convocar un congreso nacional de AP para el último trimestre de este año y aplazar hasta entonces cualquier decisión importante

Los reunidos decidieron que el cargo de secretario general quede vacante, de forma que las funciones ejecutivas que le atribuyen los estatutos del partido se repartirán desde ahora entre el vicesecretario general -José María Ruiz Gallardón- y el comité ejecutivo, que lo integran, junto a él, Félix Pastor, Carlos Argos, Isabel Barroso y Guillermo Piera.Una nota oficial tras la reunión de ayer anuncia que la junta nacional ha decidido «mantener la identidad de Alianza Popular». Eso significa que, de alguna forma, se habla planteado la posibilidad de disolver el partido, iras la segunda catástrofe electoral. Ello no ocurrirá y AP mantiene su estructura. Si a ello se añade que la junta decidió también «someter al congreso nacional cualquier decisión sobre relaciones con otros grupos», nos encontramos con que las posibilidades de unión con Acción Ciudadana Liberal y el Partido Demócrata Progresista, que capitanean José María de Areilza y Alfonso Osorio, respectivamente, quedan congeladas hasta finales de año, cuando el congreso de AP se reúna.

Fuentes de AP han señalado a EL PAIS que en estos meses habrá que observar la evolución de los acontecimientos políticos, especialmente por lo que hace a la actuación de UCD, y, al mismo tiempo, esperar cuál es la decisión final de Manuel Fraga desde ahora hasta la celebración del congreso.

La impresión dominante es que AP ha decidido mantener la «sede vacante» del señor Fraga y respetar las decisiones últimas que éste pueda adoptar. Sin su presencia activa la fusión con los grupos de los señores Osorio y Areilza significaría, en opinión generalizada de los dirigentes de AP, una absorción gratuita por parte de éstos del único grupo que tiene una cierta entidad como partido dentro de Coalición Democrática.

Durante la reunión de ayer -y según fuentes de AP- no hubo críticas duras a los líderes de los otros dos partidos de CD, aunque algunos de los asistentes señalaron que ni el señor Areilza ni el señor Osorio habían aportado ningún voto.

También se trató -a un que la nota no indica nada- sobre la situación de la Federación de Alianza Popular, tras la suspensión de la misma, a petición de Federico Silva y Gonzalo Fernández de la Mora, líderes de ADE y UNE, respectivamente. La junta nacional acordó que se haga efectiva cuanto antes la suspensión, para lo cual es necesario que se tramite la petición formalmente y por escrito. Además, los dos grupos mencionados habrán de celebrar un congreso para tomar el acuerdo. De momento, y para mantener la ficción jurídica de la Federación sin necesidad de tener que variar los estatutos y las inscripciones en el registro de asociaciones, el Partido Unido de AP aparecerá federado con dos grupos que tienen denominación propia, aunque sus miembros no son sino militantes de AP.

En cuanto al futuro de CD, se espera que mantenga su coherencia dentro del grupo parlamentario que, con toda probabilidad podrá formar, tras la reforma del reglamento del Congreso. El señor Fraga ha mantenido contactos en los últimos días con José Pedro Pérez Llorca, de UCD, y Gregorio Peces-Barba, del PSOE, y se sabe que ninguno de los dos partidos pondrá obstáculos pata que se reduzca el número de diputados que deben integrar un grupo parlamentario.

En los mismos círculos de AP se da por supuesto que el señor Fraga será portavoz del grupo y, respecto a posibles reticencias de los otros líderes de CD, la impresión dominante es que, al menos el señor Osorio no cuestionará el tema en ningún momento.